Infamia

Opinión:

Este es uno de esos libros a los que la sinopsis que aparece en la contraportada no le hace ningún favor: crea unas expectativas que no son reales. En ella se leen frases como "es un thriller psicológico donde nada es lo que parece"; frase que, sin duda, pondrá los dientes largos a los amantes del género. Pero lo de thriller, aplicado a esta novela, me parece cogido con alfileres y lo de que nada es lo que parece creo que se podría aplicar más a aspectos literarios que al contenido de la obra.

Ojo, esto no quiere decir que no me haya gustado la novela. Todo lo contrario: me ha encantado. Me gusta cómo está escrita, me atrae porque me parece una propuesta novedosa para el género (y ahora explicaré por qué) y me ha enamorado porque no es una novela como las demás (y supongo que ahí está el problema, junto con las expectativas que abre la sinopsis; el porqué de algunos comentarios que he leído en redes que no le hacen justicia. Para gustos los colores, claro está; pero creo que muchos de esos lectores se han visto defraudados por una promesa que no se cumple).

Voy a explicar todo esto que he dicho por partes. En primer lugar, me gusta cómo está escrita. Soy una gran admiradora de Ledicia Costas. Había leído hasta ahora su faceta más infantil y juvenil y, desde la primera novela suya que tuve entre las manos, me admiró su valentía a la hora de tratar diferentes temas (jamás olvidaré el final de "El corazón de Júpiter") y la calidad de su prosa. Tiene un estilo muy, muy personal. Un estilo que ya se nota en sus obras para jóvenes y niños pero creo que en esta, para adultos, explota de manera maravillosa. Costas te envuelve con su manera de contar, te mete de lleno en ese Merlo asfixiante creando una ambientación en la que el lugar y el clima son determinantes, te toca el corazón con la personificación de los elementos naturales propios de la meteorología y te impacta con la creación de unos personajes que pueden considerarse planos en el sentido de que solo les conocemos en un aspecto de su carácter pero en los que te encantaría seguir rascando, a los que quisieras seguir conociendo en profundidad.

Ese es, quizá, el único pero de la obra, aunque creo que está muy meditado por parte de la autora: te gustaría que explicara más, que profundizara más, que contara más, que cerrase más el final. Lo que para algunos será, sin duda, un aspecto negativo, a mí me ha resultado valiente y atractivo: ya llenaré yo los huecos, si lo necesito. En la novela aparece lo fundamental, lo necesario para presentar personajes y situaciones y meternos en el libro y su ambiente. Lo demás, sobra. Es, por así decirlo, la técnica del cuento aplicada a una novela.

Sí es verdad que hay alguna subtrama que podría parecer accesoria (sobre todo teniendo en cuenta está condensación tan propia del cuento de la que estoy hablando), como la de la protagonista y ese amor de juventud que ni come ni deja comer. Pero creo que ese personaje sirva para ahondar más en la reflexión sobre la condición humana que nos propone Costas y en las consecuencias (masivas o particulares, inmediatas o dilatadas en el tiempo) que puede tener la cobardía, el gran tema de la novela.

Por eso decía que me parece una apuesta novedosa para el género: aquí sabes quiénes son los malos desde el principio, no hay mucho misterio en ese sentido; aunque sí queda la reflexión que siempre propone el género negro sobre la maldad, la violencia, la cobardía, el abuso de poder y sus consecuencias. Y me parece novedosa también por el final, del que no hablaré mucho. Solo diré que no es el típico y que el lector tendrá que poner de su parte para "acabar" el libro, si es que eso es posible.

Aunque, obviamente, vamos descubriendo qué ocurre en Merlo poco a poco, la trama está tan clara casi desde mitad de la obra, que no me extraña que el lector que espera un thriller lleno de misterio se sienta defraudado. Pero es que creo que ese no era el objetivo de Costas. Yo creo que ella iba más por la reflexión y por ir mostrando que esa infamia de la que nos habla el título va más allá de lo que nos imaginamos, afecta a muchas personas y tiene muchas caras. Y, por supuesto, muchas consecuencias.

Y termino aclarando eso de "que las cosas no son lo que parecen", que yo decía antes que, para mí, se podría aplicar más a cuestiones literarias que a las propias del argumento. A mí sí hay algo que me ha parecido una cosa diferente de lo que es: Emma Cruz. Se nos presenta como protagonista; de hecho, ella, de alguna manera, vuelve a rascar en la herida del pueblo con su investigación sobre las niñas desaparecidas hace veinticinco años. Pero, para mí, no lo es. Es más, si lo piensas bien, la conocemos poco cuando cerramos el libro. Un par de cosillas. Nada más. Para mí, el protagonista del relato es Merlo, el pueblo. Y sus gentes. Y Emma no sería más que eso que en cine se llama Macguffin: un elemento de misterio que hace avance la trama pero que, por si mismo, no tiene más interés. Y en esto, vuelvo a decirlo, Costas me ha parecido innovadora y valiente. ¿Una protagonista que no protagoniza la novela? Inconcebible.

En definitiva, una novela valiente y aterradora a partes iguales, que ahonda en las consecuencias de la maldad humana y de la cobardía y que nos sumerge en el ambiente de un pueblo tan misterioso como asfixiante.

Lidia Casado