Indomable. De la mutilación a la vida

Opinión:

Una vida de lucha contra la ablación. Así se podría resumir la trayectoria de Fátima Djarra Sani, africana y activista de Médicos del Mundo contra esta aberrante práctica. Con honestidad, pero no sin pudor, la autora habla sin tapujos en esta obra sobre qué es la ablación, qué tipos hay, cuál es su origen, dónde se practica y, sobre todo, qué efectos (físicos, pero también psicológicos) provoca en las mujeres que la padecen. Desde la muerte, por las pésimas condiciones de higiene en las que se suele practicar, hasta dolores crónicos, problemas en las menstruaciones o complicaciones en los partos, son muchas las consecuencias que miles de mujeres (la Organización Mundial de la Salud -OMS- calcula que 140 millones de mujeres han sido víctimas de la mutilación genital) padecen cada día por culpa de una tradición que continúa vigente en pleno siglo XXI. Sani relata su experiencia en primera persona (el dolor de su ablación, las molestias en las relaciones sexuales, sus problemas para quedarse embarazada…) pero también recoge las vivencias de otras muchas mujeres que ha podido conocer tanto en su Bissau natal como en Navarra, donde imparte talleres y conferencias a través de la ONGD a la que pertenece.

La ablación y sus consecuencias vienen a ser el hilo invisible (o muy visible, en este caso) que recorre una obra que no se centra solo en ello. Sani nos cuenta su vida, una vida bastante distinta a otras mujeres de su país gracias al arrojo de su madre y al apoyo de su familia. Una vida, también, llena de contradicciones, en la que ha traicionado, en varias ocasiones, sus propias convicciones: en esa pugna entre razón y corazón que todos experimentamos en algún momento, el segundo ganó la partida, sorprendiendo hasta a la misma autora, incapaz de racionalizar sus propias paradojas.

El modelo de mujer que representa Sani poco o nada se parece al de mujer dócil y apocada que tenemos en mente cuando pensamos en África o que se quiere mantener allí. La autora ha viajado, ha estudiado, ha reflexionado, ha luchado, ha sufrido y ha tenido sus pequeños y grandes triunfos, tal y como detalla en una autobiografía que, creo, puede abrir muchas mentes y muchas puertas a muchas mujeres.

Y por ello lucha cada día y también desde las páginas de este libro. Sin embargo, no es la ira la que mueve su quehacer, ni la venganza ni la renuncia a sus raíces. Es la rebeldía contra la opresión y la sumisión de las mujeres, la convicción de que hombres y mujeres son (y deben ser tratados como tal) iguales y la pasión incansable por hacerlo posible. Pero todo ello, sin traicionar ni a sus raíces ni a su familia ni a su religión, aunque parezca complicado. De hecho, la propia Sani reflexiona en varios momentos de la obra sobre su situación entre dos universos a veces contradictorios: "Vivo entre dos mundos: el de la tradición musulmana y el que mis ansias de libertad tratan de crear", confiesa al comienzo de su autobiografía, en una frase llena de fuerza y de intenciones que resume muy bien todo lo que vendrá después. La autora no obvia, tampoco, las comparaciones entre África y Occidente ni pone de manifiesto los defectos y contradicciones de nuestra sociedad occidental, individualista y consumista.

El testimonio lleno de pasión y de razones de Sani se completa con algunas fotografías en color de algunos de los momentos, paisajes y personas de su vida. Una buena manera de ponerle cara a algunos de sus seres queridos y escenarios, a sus raíces y a algunos de sus logros. Logros pequeños (entre comillas) cada vez que un hombre o una mujer son conscientes de qué supone la ablación y deciden no practicársela a sus hijas o cada vez que asumen que son iguales y como tal han de ser tratados. Y logros grandes, enromes, como la creación de normativa específica contra la ablación y la implicación de las fuerzas políticas en la prevención de la mutilación genital femenina o premios como el Premio a la Calidad del Sistema Nacional de Salud que recibió en 2011 por su proyecto en Médicos del Mundo.

A pesar de lo combativo del mensaje, Sani utiliza un tono mesurado, reflexivo y cuajado de sentimientos para exponer su vida y su lucha. En definitiva, una obra equilibrada, con la dosis justa de sentimientos y de razones, que pretende sumar un granito de arena más (en este caso, el de la experiencia personal y las convicciones propias) en la lucha de la autora contra la ablación y a favor de la igualdad.

Lidia Casado