Hotel Chile

Opinión:

Tusquets ha querido homenajear a Luis Sepúlveda a poco más de dos años de su muerte, con una selección de textos de corte personal acompañados de un sinfín de fotografías a cargo de su amigo Daniel Mordzinski (quien actúa también como editor del volumen) que dejan testimonio de sus viajes, sus aventuras, sus diversiones, su compromiso. A Mordzinski (Buenos Aires, 1960) se le ha apodado con justicia el fotógrafo de los escritores, pues ha mantenido una vida de complicidad con los creadores que ha ido reflejando en magníficas instantáneas como las que se disfrutan en este libro, que contiene materiales que en su momento se emplearon para una exposición que homenajeara al autor chileno. Recuerdo visitar la exposición Photoespaña de 2010 le incluyó en su propuesta. Ante su lente han circulado autores como Jorge Luis Borges, Salman Rushdie, Enrique Vila-Matas…

El volumen está dirigido a todos aquellos que disfrutaron la obra del chileno que diera a imprenta títulos memorables como "Un viejo que leía novelas de amor", la más popular de sus novelas, su éxito de 1988, al que seguirían otros títulos importantes como "Historia de una gaviota y del gato que la enseñó a volar" (1996), El fin de la historia (2017) o Historias marginales (2000), colección de relatos heterogéneos que en su momento disfruté mucho. Como todos los libros de homenaje y recreación de la vida de un escritor, es una recomendación para los incondicionales del autor, que en este libro podrán descubrir la parte más humana, casi cotidiana, del escritor que tanto han disfrutado.

Nació en el Hotel Chile, en pleno viaje, y como si estuviera predestinado para ello en su vida siempre le pareció acompañar esa urgencia y necesidad del desplazamiento. Luis Sepúlveda, como tantos creadores, era a un tiempo un visionario y un utópico. Mantenía un compromiso constante porque sabía que eran muchas las necesidades de este mundo. El libro es también un homenaje a la amistad, pues está creado desde la lealtad de las personas a las que quiso y que le quisieron. Comienza con un ameno prólogo a cargo del propio Mordzinski que ya es testimonio lúcido de lo que el libro pretende ser: "Hotel Chile nace de mi necesidad de ponerle punto final a este duelo", leemos. Y ya está dicho todo.

Rafael Ruiz Pleguezuelos