Historias del Kronen

Opinión:

Reseñar un libro, que se publicó por primera vez hace más de veinte años, tiene su miga. "Historias del Kronen" no es ninguna novedad; su reedición se debe a la aprición de la última novela del autor José Ángel Mañas, "Todos iremos al paraíso".

Alguien dijo que los buenos libros nunca vuelven cuando los prestas. Hace unos veinte años compré "Historias del Kronen", lo dejé a alguien y nunca lo recuperé. Puede que signifique alguna cosa. Algunas veces lo he buscado en librerías y en Internet, pero es difícil de encontrar. Hasta que por una pirueta un tanto peculiar Stella Maris lo puso en mis manos. Literalmente. Así que gracias a la editorial.

Estamos ante una novela que cuenta con más de dos décadas sobre sus tapas y que, perfectamente, podría haber estado publicada por vez primera hace veinte días. Y es que envejece bien. O tal vez no envejezca en absoluto.

En su día José Ángel Mañas presentó un escrito innovador, rompedor, cuya lectura impactaba y con una frescura desconocida. Los editores y los críticos la aplaudieron, aunque no tenían ni idea de dónde colocar al autor, dado su particular estilo y el uso del lenguaje. Tras romperse la cabeza lo catalogaron dentro de la Generación X, en la que se incluyen -o se incluyeron en su momento-, autores como Ray Loriga -"Héroes"-, Irvine Welsh -"Trainspotting"-, Breat Easton Ellis -"American Psycho"-, y Chuck Palahniuk -"El club de la lucha"-, de entre otros.

Como Quentin Tarantino en el cine -con Reservoir dogs y Pulp fiction-, esta Generación X demostró que se puede escribir estupendamente y contar una buena historia con buenos personajes mostrando un realismo sucio; siendo violento, duro. No cortándose ante mostrar una escena cruda. Se puede escribir una buena novela rompiendo los cánones y retratando distintos submundos que antes no habíamos visto.

¿Y qué nos pueden enseñar estos personajes? Cómo se pelean en clubs clandestinos; cómo se inyectan heroína y tejen monólogos delirantes; cómo se encierran en su habitación y viven sólo en las canciones; cómo son elegantes, gourmets y asesinos de prostitutas a las que descuartizan.

Nada de esto es bonito. Es sucio. Visceral. Violento.

¿Qué les motiva a hacer lo que hacen? Nada; no hay ningún motivo. Al igual que Carlos, que bebe, se droga y folla ya que no tiene nada mejor que hacer. Cada uno se apaña como puede; mata el aburrimiento a su manera. Combate la deseperación con su catarsis particular. Todo es una evasión de un mundo del que no se sienten parte, que no les gusta, que ni entienden ni les dice nada.

En "Historias del Kronen" José Ángel Mañas es el primero que traer este soplo de aire fresco a la narrativa en castellano. Más de viente años más tarde esta novela sigue estando al día. Lo que Carlos dice, piensa, hace, lo que leemos y nos impacta puede hacerse perfectamente esta misma noche. Y por las mismas razones.

Con esta novela el autor demuestra que la buena escritura y la buena literatura pueden darse sin necesidad de contar cosas bonitas. Que no hace falta escribir cosas romanticonas, ni conspiranoicas, ni detectivescas, para escribir bien y trasmitir. Con esta novela se nos muestra un nuevo estilo, una nueva manera de usar el lenguaje y de hacer de unos seres marginales -a veces espeluznantes- unos protagonistas dignos.

Nos hemos acostumbrado, tal vez, a que lo bonito es sinónimo de bueno. Y lo que no lo es es feo y malo; lo peor. Y no es así.

Si en su día le echaste un vistazo, corre a volver tenerlo entre tus manos. Si no lo hiciste entonces, ¿a qué estás esperando?

Roger Mesegué