Historias de una becaria incorrecta

Opinión:

Todo sea dicho antes de empezar, no conocia a @becaria_ ni sabía nada de ella antes de coger este libro. Debido a esto, es comprensible que haya una disonancia entre lo que esperaba encontrar y lo que al final me he encontrado. Lo que esperaba encontrarme, sobre todo, era anécdotas divertidas y no tan divertidas de lo que le ha ocurrido como becaria y, como mucho, algún detalle personal para ponerlo en contexto. Algo con lo que no pudiera evitar sentir empatía porque, aunque yo no pasé (por suerte) mucho tiempo como becaria, sí he tenido trabajos precarios en los que me sentía casi como si lo fuera. Vamos, que esperaba encontrar historias con las que sentirme identificada, que se correspondieran con lo que sugiere el título "Historias de una becaria incorrecta". Y sí, algo de eso hay, pero las cosas referentes a sus trabajos con Salario Emocional ocupan una mínima extensión del libro. Una vez pasada esa parte, es un cuesta abajo.

Lo que he encontrado es, más o menos, lo que, por lo que veo por encima, se encuentra en sus perfiles, solo que extendido. Mucha anécdota de índole sexual, las aventuras que ha tenido con los tipos más extravagantes, sus opiniones y las cosas que le gusta hacer, como asistir a eventos bizarros. Y sí, a ratos resulta ameno pero, francamente, no me interesa en lo más mínimo su vida sexual. Ni la de nadie, salvo que esté narrado de forma erótica y bonita, que no es el caso. Todo está contado en un lenguaje bastante cercano a la par que soez, lo cual me deja fría. Se me hizo pesado cuando leía páginas y páginas sobre los polvos que ha echado con diferentes tipos, sin que haya una mínima preocupación por intentar excitar al lector con un lenguaje cuidado. Que se puede narrar de forma muy erótica con ese tipo de lenguaje más vulgar, ojo, pero no es el caso. Importa más el morbo del "me he tirado a este, o a aquel" que cualquier otra cosa.

Tampoco me ha interesado demasiado todo lo demás. Respeto sus opiniones, algunas las comparto, pero su forma de decirlas me dejó también fría. Al igual que el resto de anécdotas: leer cosas tan raras normalmente no me deja indiferente pero, no sé si por la forma de contarlas, es lo que me ha pasado. Tener la sensación de que ha escrito buena parte de las páginas con lo que se le iba pasando por la cabeza para rellenar tampoco ayudaba.

En cualquier caso, creo que el problema no es tanto el libro como el hecho de que no he conectado con la autora. Y saber si iba a conectar con ella era algo tan sencillo como visitar sus perfiles sociales. Así que os recomiendo que, si sentís curiosidad por el libro, visitéis antes sus perfiles. Es muy ella: curiosa, sin pelos en la lengua... si te gusta lo que lees por redes, te gustará leer este ejemplar.

Déborah F. Muñoz