Historias de un náufrago hipocondríaco

Opinión:

Defreds se nos ha hecho mayor. Atrás ha dejado a Frida Ediciones (renombrada como "Mueve tu lengua ediciones") y se ha embarcado en Espasa, dentro de su colección "Espasa es poesía" (sin miedo a naufragar, recordando el título que muestra este nuevo trabajo -el segundo en este año 2017-)

Sus escritos y palabras también han madurado; quizá porque ha encontrado lo que buscaba en los libros anteriores, quizá porque ha tenido que dejar atrás (aunque no del todo) su lado ingenuo de niño-adolescente al que nos tenía acostumbrado, para darle la bienvenida a su propio hijo (una niña que se llama Valentina, y a la que dedica, tanto a ella como a su pareja, varios de sus pensamientos en voz alta)

En su prosa ahora ya no predomina el desamor. Este ha dado paso al triunfo del amor, aunque no es lo exclusivo, hay espacio para tratar temas como la homosexualidad, la amistad, el bullying, las preocupaciones del futuro. 

Un Defreds más maduro que nos presenta en este cuarto título (el cuarto en menos de dos años, ojo, prolífico es el chiquillo, desde luego) sus ensoñaciones, y tal y como hace en los anteriores, a estas les aderezan su espacio de "microrrelatos" (pequeños pensamientos y frases que la gente aprovecha para tatuarse) pero en este nuevo "hijo" nos sorprende además dos Bonus Extra de estos microrrelatos y un microcuento ambientado en Oporto.

Prologado por el cantautor Luis Ramiro, que se declara fan absoluto de Defreds, demuestra que José Ángel no ha parado de crecer desde su primer libro "Casi sin querer" y así es como te lees éste, casi sin querer.

Quizá tiene mucho que contar y que decir, pero a veces te da la sensación de que estás leyendo más de lo mismo y que puede llegar a empalagar un poco tanto libro seguido. Aunque siempre está bien leer cosas bonitas y sentimientos reales y verdaderos.

Ross Goose