Historia de dos asesinatos

Opinión:

Antes de convertirse en uno de los escritores más influyentes de la literatura inglesa, Charles Dickens fue un joven periodista con una curiosidad insaciable y un ojo agudo para el detalle. En "Historia de dos asesinatos", Heather Redmond nos sumerge en el Londres de 1835 y nos presenta a un Dickens en sus inicios, que sin saberlo, se verá envuelto en un crimen que pondrá a prueba su ingenio y su valentía.

La novela arranca con una escena costumbrista: Dickens cena en casa de su editor, rodeado de una familia que, entre risas y complicidad, le permite distraerse de sus preocupaciones laborales. Sin embargo, el ambiente festivo se quiebra cuando un grito desgarrador irrumpe en la noche. Proviene de la casa vecina, donde una joven cae enferma de forma repentina. Charles y su interés romántico, Kate Hogarth, acuden en su auxilio, pero al amanecer, la muchacha ha muerto. Lo inquietante es que, exactamente un año antes, otra joven pereció en circunstancias similares. ¿Coincidencia o asesinato?

Heather Redmond logra una proeza interesante: convierte a un joven Charles Dickens en un detective amateur creíble y fascinante. Con su pluma afilada y su instinto periodístico, Dickens se adentra en una investigación llena de giros inesperados, pistas confusas y secretos bien guardados. Su compañera en esta aventura, Kate Hogarth, no se limita al papel de interés amoroso, sino que brilla con luz propia gracias a su inteligencia y determinación. Juntos, forman una dupla dinámica que aporta frescura a la historia.

Uno de los puntos fuertes de la novela es su ambientación. La autora recrea con detalle el Londres de la época, desde las costumbres sociales hasta la forma en que la información se propagaba sin la velocidad de los tiempos modernos. Las descripciones de calles, vestidos y modales son precisas sin volverse tediosas, permitiendo al lector sumergirse en la época sin sentirse abrumado.

Si bien la premisa es intrigante, la narración se toma su tiempo en desarrollar la investigación. La primera mitad de la novela se centra más en la presentación de personajes y en la construcción del vínculo entre Charles y Kate que en el avance del misterio. Esto puede resultar frustrante para quienes buscan un thriller trepidante, pero aquellos que disfrutan de una buena dosis de novela histórica lo verán como un punto a favor.

Cuando finalmente las piezas comienzan a encajar, la historia gana en tensión y el desenlace es satisfactorio, aunque quizás no sorprenda a los lectores más experimentados en el género.

Estamos ante una novela de misterio bien ambientada, con personajes carismáticos y un enfoque original al presentar a un joven Charles Dickens como investigador. Si te gustan los thrillers de ritmo pausado, con un fuerte componente histórico y una pizca de romance, esta lectura te resultará muy agradable. Sin embargo, si buscas una historia llena de acción y giros impactantes, es posible que el desarrollo lento te frustre.

En cualquier caso, el planteamiento de Redmond es atractivo, y para los fanáticos de Dickens, resulta una deliciosa especulación sobre cómo pudo haberse forjado su sensibilidad para el drama y el crimen en la sociedad victoriana.

*Publicadp por Editorial Alma.

Violeta Lila