Hiraeth, el final de la travesía 3

Opinión:

El tomo anterior de "Hiraeth, el final de la travesía" acabó con una revelación sorprendente que podía ser un bombazo y no podía esperar para saber qué pasaba en el tercer y último tomo (que viene con un cofre para meter los tres).

Efectivamente, la pregunta de Pol al final del segundo tomo abrió una brecha que, junto con un encuentro (en uno de los fantásticamente dibujados templos que visitan) con un anciano que reconoce a Hibino de cuando eran soldados en su juventud, pone al inmortal contra las cuerdas.

Esto conduce a que Hibino por fin revele un secreto que ha estado guardando y que está directamente relacionado con Pol, que por su parte está desesperado por recordar su pasado antes de morir. Este secreto da la vuelta a muchas cosas, pero no a la determinación de los tres de llegar hasta el final.

Toda la trilogía se basa en cómo cada uno se enfrenta a la muerte de distintas maneras. La clave de este tomo, por un lado, está en la memoria de los muertos, lo que le genera un pequeño conflicto a Mika: si los muertos viven en los recuerdos y ella muere, ¿la amiga que conoció muere de nuevo? Pero, por otro lado, si no muere, no se reunirá con ella, así que sigue en su empeño por ir al mundo de los muertos.

Por otro lado, se trata también de cómo enfrentarse a la propia muerte, algo que habíamos visto con la investigadora de folklore del tomo anterior, pero que ahora veremos en los propios protagonistas al acercarse el final de su viaje.Y también habla, en parte, de enfrentarse a la vida cuando la gente importante se va.

No diré cómo acaba este viaje repleto de metáforas y profundidad, pero sí que es muy apropiado y está repleto de sentimientos y esperanza. Es un viaje hacia la muerte que muestra la belleza de la vida y cómo esta no es incompatible con el dolor por los seres queridos perdidos.

Déborah F. Muñoz