hacia el amanecer

Opinión:

Este libro venía avalado por un comentario en portada de Oliver Sacks (El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Un atropólogo en Marte, Musicofilia, etc...) y otros tantos de Rosa Montero, Isaac Rosa, Juan José Millás, Luis Landero, Joyce Carol Oates, José Carlos Somoza, Fernando Marías y otros tantos. Tan sólo uno de ellos habla de literatura pura y dura, el resto remarca las sensaciones que transmite el testimonio.
 
Esto viene a cuento de que, curiosamente, cuando empecé el libro me pareció estar leyendo una novela, no una historia real. Literatura. Me sonaba demasiado poético todo, pero claro, era imposible para Michael Greenberg desligarse de sus tantos años ejerciendo como escritor. Cuando me percaté de que no sabía hacerlo de otra forma, de que sus párrafos a veces demasiado poéticos o literarios venían porque él escribe así y no porque los “metía” para novelar la historia, el libro me pareció más real.
 
A partir de ese momento lo leí con suma rapidez, dándome cuenta de que había caído en la trampa de “la locura”, de la necesidad de conocimiento de los síntomas, de saber cómo acabó todo. El libro se hizo ligero como una pluma, me absorbió y no pude abandonarlo ya.
 
Michael Greenberg, amparándose en un episodio traumático de su vida, nos presenta la locura desde el primer brote que sufre su hija y nos hace descender a su infierno particular. Cada intento de mortificarse echándose la culpa por lo sucedido, incluso cuando habla de su hermano, también enfermo mental, lo hace más pequeño a nuestros ojos, y da la impresión de que ha querido disculparse. Debió pasarlo fatal, sin duda eso es lo que se trasluce de estas páginas.
 
A quienes les gusta conocer qué ocurrió después con los protagonistas de la historia, estarán contentos porque Greenberg nos habla de la actualidad de su hija y de lo que ha vivido en todos esos años.
 
Una de las cosas que más me ha gustado es que Greenberg decide tomar la medicación de su hija para entender por qué le afecta como le afecta. No me gusta porque haya hecho de conejito de indias o por motivos morbosos, me gusta porque al describirlo me ha ayudado a “entender”.
 
Otra de las cosas que más me ha gustado es cómo introduce al mismo tiempo la historia de James Joyce y su hija Lucía, aquejada de una enfermedad similar.
 
Y otra cosa llamativa mientras lees el libro es el hecho de que durante toda la historia ambos –él y su segunda mujer- miran muy mucho que nadie se entere de lo que le ocurre a la hija, especialmente los amigos, y eso hacía que no pudiera entender por qué, entonces, había escrito el libro, si todos se iban a enterar. Lo que sucedió es que pasaron muchos años antes de que Greenberg empezara a escribir la historia de aquel terrible verano que cambió sus vidas, y fue la propia Sally quien le animó a usar su nombre real. Entonces lo entendí.
 
Al final, lo único que no me ha gustado es el título (fácilmente olvidable).
 
Personalmente lo recomiendo. Y más aún ya no para los que quieran conocer una historia como esta, si no para aquellos que tienen en su familia a alguien con alguna enfermedad mental, porque esa la caída infernal a la locura es un acercamiento que les puede ayudar a entender, y a seguir adelante.
 
Anika Lillo