Habla, memoria

Opinión:

Esta obra llevaba inicialmente el título de "Pruebas concluyentes" -así fue publicada en Estados Unidos-, si bien Vladimir Nabokov barajó también la posibilidad de bautizarla como "Habla, Mnemosine". Acabó decantándose por "Habla, memoria", título sencillo con el que se apela a sí mismo, mediante un concepto que es clave en la obra: el acto de recordar. La autobiografía de Nabokov, por supuesto, debía estar novelada con sumo cuidado, y para ello el autor reunió un conjunto de artículos biográficos aparecidos en revistas, a modo casi de relatos, que después ordenó mediante un criterio cronológico.

Ello nos lleva a determinar que "Habla, memoria" ocupa el lapso entre agosto de 1903 y mayo de 1940; desde la más tierna infancia del escritor hasta su exilio. En quince capítulos, Vladimir Nabokov recrea su vida con un estilo que no ahorra en detalles: largas descripciones de lugares y de personas ocupan las páginas de la obra, de forma que se consolida como un documento ya no solo literario, sino también histórico y antropológico de una época muy especial: la Rusia de la primera mitad del siglo XX.

Con ello, el lector puede adentrarse en la historia de la familia Nabokov -su linaje, su blasón, sus propiedades localizadas en un mapa- y en las costumbres de la burguesía rusa del momento. Destacan, como es sabido, la anglofilia familiar, que se refleja en la sucesión de numerosas institutrices y profesoras inglesas y que sería determinante para el futuro de Nabokov como novelista. No hay que olvidar, en todo momento, que esta es la biografía de un escritor, y en ella todo tiene que llevarnos a la literatura. Por ello, uno de los capítulos más importantes es aquel que presenta las primeras incursiones de Nabokov en el mundo de la literatura, concretamente en una poesía torpe de apariencia inevitablemente juvenil. De igual manera, resulta también interesante el comentario que realiza de sus lecturas de otros poetas rusos -aparecen nombres famosos como el de Marina Tsvetáieva-, en un ejercicio incesante de interés cultural.

La obra, en ocasiones, alterna la usual primera persona con una segunda persona que se identifica con Vera, la esposa de Nabokov, cuya presencia se diluye de manera omnipresente a lo largo de los quince capítulos, hasta el nacimiento de su hijo. También merece mención la dicotomía que se establece entre la memoria propia del autor y la que otros han mantenido de los mismos hechos, con lo cual en ocasiones se abre un ligero perspectivismo que suele resolverse con la victoria de la visión ajena.

"Habla, memoria" es la autobiografía de Vladimir Nabokov; con ello, no resultará ajena a los lectores ya iniciados en sus obras, pero tampoco desinteresará a lectores amateurs en la Biblioteca Nabokov -así se llama la colección de Anagrama que incluye este título-, pues el estilo del autor convierte sus vivencias en una dulce y nostálgica novela sobre la vida.

Darío Luque