Habitaciones cerradas
Título: Habitaciones cerradas
Título Original: (Habitaciones cerradas, 2011)
Autor: Care Santos
Editorial:
Planeta
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Copyright:
© Care Santos 2011
© Planeta, S.A., 2011
Edición: 1ª Edición, Marzo 2011ISBN: 9788408098768
Tapa: Dura
Etiquetas: Barcelona costumbrista misterio ficción histórica intriga tensión literatura española siglo XIX siglo XX
Nº de páginas: 480
Argumento:
Violeta Lax, nieta del gran pintor Amadeo Lax, es una erudita en
la obra de su abuelo, al que también admira como persona. Y se
dedica a demostrarlo en sus exposiciones de arte y en sus
ponencias. Ahora acaba de recibir una carta muy peculiar en donde
es invitada para desplazarse a Suiza y conocer la verdadera cara de
su amado abuelo. Sin embargo, aplazará su viaje para acercarse
hasta Barcelona, donde se encuentra la antigua casa familiar que va
a ser reformada para convertirla en un museo.
Con motivo de las obras en la casona saldrán a la luz dos
habitaciones cerradas que plantearán más preguntas que respuestas y
que abocará a los personajes a una verdad que desean conocer pero
que hubieran preferido ignorar.
La vida de la familia Lax, perteneciente a la alta burguesía
catalana, a lo largo de dos siglos, es cualquier cosa menos
sencilla.
Opinión:
"Habitaciones
cerradas" es una novela compleja, profunda, con tantos
matices que una sola lectura no bastaría para abarcarlos todos. No
pretendo con ello decir que está al alcance de muy pocos. Muy al
contrario, está al alcance de todos pero con una lectura reposada,
calmada, para no perderse todas las facetas que la autora despliega
en ella.
De hecho, según Care Santos, con más de 50 títulos a sus
espaldas, esta obra es la mejor que ha escrito hasta la fecha. Y,
desde luego, es muy diferente al resto de su producción
anterior.
Siendo una novela moderna, por la introducción de nuevas
tecnologías en ella como es el uso de los e-mails, es a su vez
antigua porque relata de una forma muy real la vida de una familia
catalana del siglo XIX, con sus costumbres perfectamente trazadas
así como las de la vida diaria, tanto pública como privada, de la
sociedad barcelonesa de la época.
En realidad, "Habitaciones
cerradas" es muchas cosas. A nivel formal los
personajes están trazados con gran maestría, los diálogos son
firmes, la narración está escrita con buen pulso y el lector se
siente arrastrado de una forma irremisible hacia la lectura.
Quizá lo que más justicia pueda hacerle a esta obra sería decir
que es como la vida misma, que no hay impostura ni artificios, que
es real, verídica y creíble como sólo lo pueden ser los hechos
reales de las vidas reales. Durante la lectura nace la necesidad de
recurrir constantemente a internet para buscar el personaje
histórico de Amadeo Lax, el de su madre María del Roser; así como
hacer una búsqueda para encontrar sus cuadros y saber dónde están
expuestos al público. No descartará el lector recorrer algunos
museos en su afán por encontrarlos. Tan real llega a ser la
lectura. En ella no hay nada que desentone.
Al mismo tiempo, la novela esconde sombras que no desvelará al
lector, que no serán iluminadas por la autora porque, al igual que
la vida, no siempre podremos saberlo todo. Y aquí radica su magia y
el lector llegará a preguntarse si la realidad es la escrita en la
novela o la que sucedió realmente hace más de cien años.
Porque, incluso, la forma de presentar los personajes es verídica.
Asistimos a la presentación de una familia como nos sería mostrada
en una fiesta íntima, con todos ellos juntos. Y, del mismo modo,
nos haremos un lío con el tío lejano, el amigo rico o el primo
impertinente hasta que los vayamos conociendo a lo largo de los
meses y del trato. En este caso, a lo largo de las páginas. La
novela es así. A algunos se les cogerá cariño y a otros se
procurará evitarlos. A la mayoría se intentará comprenderlos porque
la autora nos muestra una larga trayectoria en su vida hasta
conseguir que formen parte de nosotros.
Care
Santos va alternando el presente con los hechos pasados
que le han dado forma. El pasado está narrado a golpes de memoria,
con saltos temporales hacia adelante y hacia atrás, como se
recuerdan los hechos pretéritos que quedan muy lejanos incluso en
nuestras propias vidas: nuestra memoria cercana recuerda los más
intensos, en el fondo descansan los que menos nos influyeron. Y, de
esta forma tan natural es como va narrando la novela. El presente
es distinto, está contado con otra voz, más objetiva si acaso,
desnuda de la pátina evocadora, de una forma más directa. Es quizá
la forma elegida para que el lector las diferencie.
Y todo ello inmerso en una narración de calidad que mantiene la
intriga hasta el final, en que Care Santos la cierra con un broche de
oro. En resumen, una novela compleja, densa, vital, abrumadora,…
como la vida misma.
Gemma
Nieto
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