Guerra de regalos. Saga Ender 1.1

Opinión:

A Scott Card le encanta hacernos pensar, le gusta convertir cada texto suyo en un compendio de aprendizaje, en un camino lleno de acertijos que se van desenredando poco a poco. Es un escritor con un gran imaginario, con un poder infinito para hacernos evocar y convocarnos en medio de su universo, ese espacio creado para sus personajes -la saga de Ender, que es de la que hablamos ahora mismo-, y crear, como si de un gran puzzle se tratara, precuelas, secuelas, mundos paralelos, que giran en torno al pequeño Ender que salvó al mundo de los "insectores". Ya le ha valido una larga lista de premios en la literatura de ciencia ficción, por lo que no sorprende su calidad, ni su capacidad para hacernos viajar en el tiempo, espacio o donde nos quiera llevar.

En el caso de esta novela corta, nos muestra una pincelada rotunda de lo que puede ser esa Escuela de Batallas que empezamos a vislumbrar en los primeros tomos de la saga, pero aquí el protagonista es Zeck Morgan y su deseo de no hacer la guerra, su impertérrito pacifismo le hace ganar enemigos a manos llenas, le acosan, lo molestan, no le dejan en paz. Zeck, en su estoicismo, aún endurece su coraza y sigue fiel a sus convicciones. Aquí es cuando entra el debate sobre el tener creencias o no, ser fiel a sí mismo, convencer a otros, hacer proselitismo o vivir tu vida, sin decirle a los demás qué es lo que tienen que hacer.

Así, esta novela se convierte en un pequeño muestrario de la sociedad actual, con sus pros y contras, con su idiosincrasia y aspiraciones. Una moneda de doble filo donde el ser diferente te convierte en blanco fácil, pero si tienes tu autoestima sólida, pues no te dejas pasar por encima. ¡Que se lo digan a Ender!

Esta entrega del universo de Ender es una gran obra que, en su brevedad, se convierte en un capítulo esencial para entender las relaciones entre los diversos personajes que aparecen, por lo demás creados con mucho mimo, puedes sentir lo que sienten, emocionarte con ellos, hacerlos parte de ti. Te atrapan, en definitiva, sus pequeñas rencillas, sus vidas rutinarias, sus momentos.

Es una lectura que fascina, para los que siguen a Orson Scott Card sobretodo, porque tiene algo que en muchas obras falta: lazos, complicidad, continuidad. Siempre esperas a un "¿y qué pasará ahora?", que parece, de momento, nunca falla. El mundo Ender es así, en continua expansión. Que siga así.

Carol Inabé Barba