ghostgirl (lij)
Título: ghostgirl (lij)
Título Original: ghostgirl (lij)
Autor: Tonya Hurley
Editorial:
Alfaguara
Copyright: © 2008, Tonya Hurley
© Traducción de Alicia Fryeiro, 2008
© 2008, Santillana Ediciones Generales, S. L.
ISBN: 9788420422824
Etiquetas:
ciclo
comedia
espíritus
fantasía
fantasmas
fantástico
humor
más allá
sagas
series
trilogías
Argumento:
Cuando
ya está cerca de aparecer en las estanterías de las librerías la segunda parte de
"Ghostgirl",
y ésta primera ya va por la segunda edición, me gustaría que leyérais esta reseña
para haceros una idea de qué va el libro. A continuación el argumento y un mensaje
para lectores así como para padres.
Charlotte sueña con ser como las chicas populares y vivir el Beso
de Medianoche de la fiesta de fin de curso con Damen, el novio
de la “más” popular, Petula. Sí, ese es su sueño, y hasta consigue dar clases particulares
de ciencias a Damen para acercarse a él, pero un tonto accidente con una gominola
acaba asfixiándola y matándola… Una vez convertida en fantasma se dirá a si misma
que no desistirá hasta conseguir su meta, esa por la que tanto ha luchado, ¡qué
importa estar muerta!
Scarlett es la hermana pequeña de Petula y la
consideran casi una proscrita: es gótica, le gusta la moda vintage, The
Cure… en fin, demasiado moderna y “oscura” para usar pompones y llevar uniforme
de cheerleader (animadora) como su hermana. Y ahora, para colmo, es la
única capaz de ver un fantasma: ve a Charlotte.
Paralelamente, en clase de Muertología, los componentes fantasmas del instituto
al que se acude una vez se ha fallecido, quieren que Charlotte se adapte pero no
lo consiguen, y es que para adaptarse hay que reconocer que se ha muerto y que no
se debe interactuar con los vivos, y resulta que Charlotte ha averiguado cómo meterse
en el cuerpo de Scarlett.
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Opinión:
Una primera nota para los padres, porque me consta que algunos
revisan qué libros leen sus hijos: La muerte de la protagonista, en “Ghostgirl”, no está narrada
de forma traumática, si no como una mera anécdota a la que se suma un toque de humor,
para pasar por alto la impresión que puede suponer el fallecimiento de una niña.
Y otro punto a favor es que cada capítulo consta de una página diseñada específicamente
para un momento de reflexión.
“Ghostgirl”
me ha traido a la memoria todas aquellas series de televisión que veía en mi adolescencia
–la que más rememoraba era la del instituto Degrassy- así como otras más contemporáneas,
e incluso un mezcladillo de ellas (Instituto Degrassy, Fama, Sensación de vivir,
Salvados por la campana, -y las actuales, por ejemplo:- Zoey 101, High School
Musical, Manual de supervivencia escolar de Ned, etc…) porque contiene
todo lo que una adolescente considera importante: el chico que te gusta y conseguir
un beso suyo. Y ya está.
Es por eso que aquí no aparecen padres, apenas salen dos profesores y tres adultos
en un momento dado pero nada más; los protagonistas son adolescentes. Una chica
(nuestra muertita) que hará locuras incluso una vez muerta para conseguir
“su beso”, un chico que además de popular y guapo no es tonto, una superpija y sus
amigas, una gótica que acabará redescubriéndose a si misma, y unos cuantos fantasmitas…
(en realidad una en particular, Prue) dispuestos a conseguir que
Charlotte se entere de una vez por todas que está muerta y no debe
jugar con los vivos. Pero es tarea imposible, así que lo que cuenta “Ghostgirl” son las peripecias
a las que se enfrenta Charlotte en ambas vidas, las que soporta
Scarlett cada vez que le presta su cuerpo a su amiga del más allá,
las artimañas de Petula y las Wendys (las superpijas)
y el recorrido personal de Damen durante el curso junto a Charlotte/Scarlett
en el que descubriremos que además de guapo y popular, sí tiene dos dedos de frente.
Hay muchas referencias musicales actuales, notas poéticas o clásicas y reflexiones
en cada inicio de capítulo (Edgar Allan Poe,
Oscar Wilde, Sylvia Brown, P. Shelley,
Emily Dickinson…) y, sobre todo, destacar reflexiones de cada momento
importante por el que pasa Charlotte y, por supuesto, que podría pasar cualquier
adolescente (enamorarse, elegir, recapacitar, etc…)
Por último señalar su cuidado y particular diseño pues es un libro que llama poderosamente
la atención, y es que en cuestión de diseño la gente de Alfaguara se lo está trabajando,
mucho y bien. La vistosidad del libro llama a gritos y es particularmente bonito.
Anika Lillo
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