fue un beso tonto
Título: fue un beso tonto
Título Original: (fue un beso tonto, 2010)
Autor: Megan Maxwell
Editorial:
Versátil
Copyright: Premio Internacional de Novela Romántica de Seseña 2010
1ª Edición, Noviembre 2010
ISBN: 9788492929221
Etiquetas:
amor
chick lit
chick-lit
comedia
humor
romance
romántica
romántico
Argumento:
Al inicio de la novela las inspectoras de policía Clara y Olga, ambas amigas íntimas, sin compromisos y con ganas de pasarlo bien, viven sus últimas jornadas de vacaciones en Ibiza, entre discotecas y los dos italianos guapísimos con los que han ligado nada más aterrizar en la isla y a los que saben que no verán más, ni lo desean tras el “ligue” de verano sin otras pretensiones que disfrutar el momento.
Pero la vuelta a la realidad se impone, y los operativos para detener criminales se convierten en el día a día de las dos jóvenes. Clara, una rubia de escándalo, no ha tenido suerte en el amor y todavía cree en el “príncipe azul”. Olga, castaña de enormes ojos marrones, se recompone de una tormentosa relación de tres años con el que fue (y es) comisario jefe, es decir: su jefe.
Un operativo en el que las dos inspectoras van camufladas y vestidas de “alto standing” y con tacones que las inmovilizan, lleva a las jóvenes a conocer a dos médicos millonarios, súper corteses, amables más allá de la duda, y que entran en sus vidas en un momento muy especial: Olga tenía urgencia por evacuar su vejiga pero sintió lástima por el tipo al que una mujer “sin seso” pretendía reconquistar… Un beso tonto salvó al millonario, y ese beso tonto da título a la novela.
A partir de aquí, la obra se centra en las conquistas, celos, reconquistas y episodios múltiples entre dos mujeres liberales, dos millonarios enamorados y la presencia de Pepa (abuela de Olga) su amiga Maruja, un bebé, una perra recogida en la calle que parió siete crías y un largo etc.
Opinión:
De entrada, la novela me ha parecido bastante ligera, aunque he de confesar que cada capítulo ha superado al anterior y se han dado escenas muy elaboradas y la trama ha ido creciendo en interés.
Me ha costado entender que dos jóvenes liberales muestren las uñas ante dos médicos millonarios y colgados por ellas, porque esa es la parte central de la novela; pero ahí se nos explica la idea de Olga de no comprometerse y vivir su vida, y la de Clara, con experiencias nefastas. Supuestamente, eso las marca y hace desconfiar y pasar en un principio de dos hombres de escándalo, sexys a más no poder, millonarios, enamorados de ellas y por los que ambas pierden el seso, aunque se resistan a admitirlo.
Las escenas de comisaría y detenciones a mí, personalmente, me han parecido flojas y poco creíbles. Pero lo que está claro es que la novela es romántica y, en ese sentido, episodios de cama, celos, lloros, sufrimiento y reconciliaciones están muy logrados.
También es cierto que la obra pretende ser divertida, y lo es, pero… Hay frases hilarantes y situaciones muy grotescas, sin embargo, en mi opinión, esa “línea” que separa lo irónico de lo vulgar, o situaciones chistosas de otras inverosímiles que suenan a “paja” es muy tenue. He leído comentarios de risa abierta, pero también es verdad que en determinadas escenas no he hallado nada gracioso porque ese límite de “lo que puede ser o no” se ha sobrepasado. Una abuela que marujea con su amiga Maruja (valga la redundancia) está muy bien en ocasiones, pero pierde validez cuando ambas actúan como “Celestinas”, escuchando con descaro a través de un telefonillo o asomándose al balcón, sin descaro y sin que moleste al “Romeo” de turno, o metan en el piso de Olga una perra callejera y sus siete cachorros…
Entiendo que la línea divisoria es difícil de establecer, pero sobrepasarla es la diferencia entre un libro de humor y otro que… ¿? Ese es el “pero” principal que le pondría a la novela, que en ocasiones lo divertido deja de serlo cuando se describen situaciones totalmente inverosímiles. Todos nos podemos reír ante alguien que se ríe de sí mismo o que se halla inmerso en una circunstancia creíble, pero cuando ese frágil límite se sobrepasa y resulta imposible de entender la “magia” se disgrega, lo escrito parece un cuento… Eso me ha pasado a mí. Y me ha pasado en diversas partes del libro, cuando, por ejemplo, una mujer de 28 años es incapaz de denunciar acoso sexual por parte del amigo de su madre…
Sin embargo, hecha la crítica, admito que la novela va ganando interés a medida que se lee, que esas situaciones inverosímiles dan paso a otras más creíbles, como son los ataques de celos, las tonterías que hacen los enamorados y lo mal que se sienten cuando su orgullo les impide decir “sí” a pesar de que es todo lo que desean.
Las escenas de sexo están muy logradas, las batallas de celos, también. Viajar en un jet privado a París, sólo para cenar, es una caña; y asistir a fiestas en mansiones de lujo… También es cierto que muchos comentarios y situaciones son geniales y de risa fácil.
En general, la novela es divertida, con momentos hilarantes. Pero “Si para gustos los colores” está claro que existen diferentes sentidos del humor, de modo que no me pronunciaré más en ese sentido.
Lo que sí es cierto es que el libro se lee con facilidad y, salvando algunas cosas y el final feliz (propio de novelas del género) tiene momentos muy buenos. Es distraída y, desde luego, permite soñar con “príncipes azules”.
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