Flashman

Opinión:

El ejemplar contiene entre sus páginas un mapa en blanco y negro de Kabul y el paso de Khyber.

Pocos antihéroes literarios son tan despreciables y descaradamente entretenidos como Harry Flashman, el libertino protagonista de "Flashman", la primera novela de una serie.

Un bribón, un cobarde y un sinvergüenza autoproclamado, Flashman se abre paso a tientas por la historia del siglo XIX y sale de cada apuro con la apariencia de un héroe.

Aunque Sir Harry Paget Flashman es un personaje inventado creado por George MacDonald Fraser, en realidad se encuentra basado en el personaje "Flashman" de la obra Tom Brown's School Days; viene a ser un trabajo semi-autobiográfico ficticio de Thomas Hughes. Le acompañaran personajes y acontecimientos reales.

Aquí se retoma la historia donde la dejó Tom Brown's Schooldays, reimaginando a su infame matón como un hombre adulto con un don para la autopreservación y un instinto de supervivencia que a menudo se disfraza de coraje.

Expulsado de la Rugby School por borrachera y tras un breve romance con la amante de su padre, Flashman se alista en el ejército británico con la esperanza de conseguir un puesto cómodo lejos de la batalla. En cambio, se ve enredado en la desastrosa Primera Guerra Anglo-Afgana, un conflicto representado con una precisión histórica desgarradora, aunque la novela proporciona una lente hilarantemente cínica a través de la cual verla.

Desde Inglaterra, Escocia, India hasta Afganistán, lo acompañaremos en sus peligrosas aventuras, seguiremos a este héroe atípico, pues suele huir ante las situaciones de peligro. Aun así, su suerte de principiante y su inteligencia, hacen que finalmente se lo termine señalando como el verdadero héroe de cada historia.

El lector pronto se dará cuenta que se encuentra ante una maravilla: aguda, erudita y con un ingenio británico mordaz que hace que las fechorías de nuestro protagonista resulten irresistibles. Su construcción del mundo histórico es impecable; el autor reconstruye meticulosamente los paisajes políticos y militares de la época, insertando a la perfección a su protagonista en hechos históricos reales. Esta fusión de hechos y ficción está ejecutada con tal precisión que los lectores podrían olvidar por un momento que el propio Flashman es una invención.

La novela no está exenta de controversias, pero debemos tener en cuenta que es un producto de su tiempo (racista, misógino y egoísta sin arrepentimiento), pero Fraser utiliza los defectos de su protagonista como sátira y crítica social. Si bien algunos lectores pueden considerar al personaje irredimible, otros apreciarán el humor negro en su absoluta falta de conciencia de sí mismo. Lo que hace que esta historia sea cautivadora, a pesar de sus muchos vicios, es su honestidad brutal: miente a todos menos al lector, exponiendo su propia cobardía con una franqueza casi entrañable.

Definitivamente, no es un libro para los débiles de corazón ni para aquellos que buscan el viaje convencional de un héroe. Sin embargo, es una obra magistral de ficción histórica, una mordaz comedia costumbrista y una emocionante aventura, todo a la vez. En una era en la que los personajes moralmente grises dominan la literatura y la televisión, Flashman se erige como uno de los antihéroes originales y más deliciosamente reprensibles.

Para aquellos con gusto por el ingenio, la aventura y un poco de irreverencia histórica bien investigada, estoy segura vais a disfrutar de la lectura del truhan más grande que jamás ha existido, al servicio de su majestad británica.

*Publicado por Ático de los libros.

Violeta Lila