Fabián y el caos

Opinión:

Lo primero que te llama la atención de este libro es su texto de contraportada en el que Pedro Juan Gutiérrez es denominado como esa suerte de Bukowski caribeño.

Sin haber leído nada de él, esta primera denominación ya te pone en guardia respecto a lo que te puedes encontrar en el libro porque se te hace complicado cambiar de lugar y momento el estilo definido y personal de Charles Bukowski para trasladarlo a la Cuba revolucionaria.

Pero, como no hay mal que por bien no venga, esa necesidad de contrastar si es verdad tal afirmación de parentesco, hace que tengas ganas de consumir el libro y ver realmente si es cierto lo que se dice.

Cuando comienzas a leer ya te das cuenta de ese detalle que advertías sin haberlo comenzado, que es complicadísimo hacer coincidir el estilo de uno y otro autor en el mismo espacio porque cada uno ha nacido y se ha criado en un lugar determinado y sacarlo de él es quitarle su esencia principal, la que le da esa dosis de realidad que solo el lugar del que bebes para narrar te ofrece. Así que después de llegar a esta conclusión, cambias el chip y realmente te pones a leer con conciencia y dándole el valor que merece el autor, otorgándole la importancia que tiene y esperando que te gane o te pierda, pero con sus valores y sus principios.

He de decir que el libro me sorprendió muy gratamente porque es un trabajo vivo, transgresor, con unas escenas muy subidas de tono, pero que no le roban el protagonismo a los temas más profundos, como lo es el de la crisis existencial o la crítica abierta y continuada al todavía joven régimen castrista, que realmente es el que te sume en esa pérdida de identidad que no te deja medrar como ser individual.

Es un trabajo con muchos estratos, con un buen número de lecturas y que se sustenta en dos personajes totalmente alejados uno del otro, pero que juntos se complementan a la perfección.

Su lectura es muy rápida, muy viva y ágil. Es un libro divertido y ameno, que no deja de lado la crudeza de la realidad de la época y que la plasma de una manera muy pormenorizada. En este trabajo podemos contemplar como la vida de un país cambia debido a unos acontecimientos políticos y como por ello, todo un pueblo comienza a perder todo su ser hasta quedar anulado por completo.

Por ello, creo que es un libro que el buen lector sabrá degustar, que el que conoce al autor podrá disfrutar completamente y que el que nunca ha leído nada de su autor, como es mi caso, le dejará con ganas de más. Un trabajo que se lee rápido, de manera sencilla y que te ofrece pinceladas de sensatez y profundidad personal que nunca está de más volver a tener presentes en tu memoria.

Pablo Díaz