exilio

Opinión:

Con la base argumental de "Exilio" cualquier otro autor (de novela histórica, por ejemplo) habría escrito un novelón de entre 400 a 600 páginas, repleto de semblanzas biográficas, modos de vidas, creencias, modos de pensar o costumbres de los personajes. Además habría descrito minuciosamente – hasta el agotamiento (del lector) -los distintos escenarios donde transcurre la acción. También habría dedicado páginas y páginas en recrear todos los detalles de las diferentes batallas o escenas de acción que aparecen a lo largo de la narración. Es decir, habría "adornado" un esquema argumental que no da para más de cien páginas con gran cantidad de datos históricos, biográficos o sociológicos hasta completar las 600 páginas, que parecen de obligado cumplimiento para ser considerado un escritor serio y competente del género en cuestión (la novela histórica).

Sin embargo, Félix Díaz ha preferido la concisión, el estilo directo y la amenidad. "Lo bueno si breve, dos veces bueno" y esta novela es un ejemplo claro de lo adecuado de este refrán, con el que estoy bastante de acuerdo. Así, Díaz prefiere entretener sin cansar, primando la aventura por encima de la anécdota más o menos histórica, la imaginación antes que la acumulación de datos, lo concreto a "la paja", consiguiendo una obra que entretiene pero que además nos sirve para conocer muchos detalles de la vida de los guhanxes, que así es como se llaman los que habitan Fortunae Insulae (las Islas Canarias durante la época romana). Estos datos están muy integrados dentro de la trama, sin interrumpir la acción ni conseguir cansar al lector.

Por otro lado, aunque Félix Díaz escribió "Exilio" para el público adulto lo cierto es que el estilo narrativo naif, tan característico del autor, está muy presente a lo largo de la historia. Díaz tiene una forma muy personal de contar las cosas, de tal modo que esta novela podría ser leída y disfrutada también por un adolescente de doce o trece años sin problema ninguno. Digamos que "Exilio" es una historia "para todos los públicos", que entretiene sin cansar, que no es poco.

Joseph B Macgregor