Estrellas negras

Opinión:

¿Qué decir del gran Ryszard Kapuściński que no se haya dicho ya? Periodista de origen polaco, fue una de las figuras más importantes en el siglo veinte dentro de los cronistas y corresponsales. Aventurero y con afán de la libertad y la igualdad, poseía un ojo cínico y clarividente además de un estilo que iba más allá del estrictamente periodístico, capaz de dotarlo de un efecto literario que a veces daba la sensación de producir textos ficticios y puramente divertidos. Participó activamente en la política de su país, estudió historia y viajó a muchísimos países, en especial África.

"Estrellas negras" fue una recopilación que se llevó a cabo en este siglo, si bien sus escritos se produjeron a finales de los años cincuenta, cuando el periodista polaco vivió en Ghana y en el Congo. Lo interesante de esta experiencia para el lector es la de descubrir a un Kapuściński que aún no era del todo el maestro en que se convirtió posteriormente pero que ya apuntaba maneras, especialmente por el punto de vista de sus obras. Aquí el lector descubrirá, desde una forma muy directa, personal y diferente a la de cualquier libro de historia, todo lo que se coció en los países africanos después de sus procesos independentistas. No se trata de un libro bastante apartado de la primera persona ni de un texto vacío de sentimientos, sino todo lo contrario: el lector apreciará desde una perspectiva muy cercana todo aquello que se vivió a la sazón y, además, aprenderá sobre el carácter y la figura de dos grandes políticos en la historia de África, Kwame Nkrumah y Patrice Lumumba. Kapuściński los conoció de bastante cerca (incluso llegó a hablar con ellos), así que qué mejor que un cronista narrando sobre algo que ha atestiguado. Cuando algo se vive, si uno está dotado de excelentes características narrativas, el producto es prácticamente inmejorable. El lector no puede más que aprender y sumergirse en un mundo casi seguramente desconocido. Para más inri, su forma de narrar, muy evidente en su obra "Ébano", era la de fijar su narración en el león cazado, y no en el cazador, como habían hecho tantos otros, en especial el escritor polaco Joseph Conrad en su obra "El corazón de las tinieblas".

Como información complementaria, en bastantes páginas aparecen diferentes fotografías sobre los políticos mencionados además de los habitantes africanos, lo que refuerza esa búsqueda de informar y hacer al mundo sabedor de un mundo desconocido, duro y convulso, aunque libre e independiente. También al final del libro hay un epílogo de Bogumil Jewsiewicki con algo de contextualización sobre los dos países por entonces y también notas con aclaraciones o correcciones de la crónica.

Anagrama trae a España una obra que encandilará a las fans de Ryszard Kapuściński y que motivará y gustará a todos aquellos que no lo conozcan.

Cristià Serrano