en palacio nos encontraremos

Opinión:

Este libro es un sueño de esperanza, un sueño que desconoce de cambios climáticos, que no se detiene en los umbríos tiempos que nos esperan vivir, si tenemos la suerte de sufrirlos. No, en esta novela el autor está convencido del futuro de la humanidad, aunque al final, Antonio Más Rincón, en unos momentos exponga cinco motivos por los cuales su sueño podría no realizarse. ¿Y cuál es este sueño que cambiará su vida? Con treinta y siete años y solitario, a Antonio se le ocurre la brillante idea de citarse con un lejano descendiente, plenamente convencido de que en el futuro será posible realizar viajes hacia el pasado, y más concretamente hasta su presente. Se citará con su futuro descendiente por carta y, una vez que la firma, su vida dará un vuelco para hacerlo realidad.

Suso Castro enfrentará a su personaje a una idea sencilla, pero que entraña importantes dilemas científicos, como la razón de la carta, sobre la que gira todo, pues ella es el hilo que le unirá a ese desconocido descendiente. En esas conversaciones consigo mismo el autor nos lleva a una complicidad con el personaje que se debe de destacar. Antonio Más Rincón nos contará todos sus pensamientos, sus dudas, las analizará, resolverá, investigará alternativas y, sobre todo, buscará la primera pieza que pueda poner en marcha su descendencia: una mujer.

Conocerá a Julia, una encantadora mujer muy mal tratada por el amor, y juntos lo conocerán; pondrá en marcha un proyecto social de éxito que cambiará la vida de muchas personas y que a él le sacará de esa vida de solitario que hasta entonces llevaba. Todo ello narrado con un lenguaje directo, sencillo, que nos hará cómplices de todos sus cambios.

Y al final, al final, varios acontecimientos se suceden a una misma vez en el desenlace de la novela, muy bien entrelazados por Suso Castro, que me reafirmó en mi opinión de que él cree en el futuro de la humanidad. Si a lo largo de la novela el personaje de Antonio se nos hace entrañable, el final nos sorprenderá gratamente.

Francisco Javier Illán Vivas