En las montañas de la locura y otros relatos

Opinión:

Aunque Lovecraft escribió "En las montañas de la locura" en 1931, el libro conjunto con otros relatos data en su primera publicación de 1964 con la editorial Arkham House, bastante después de su muerte (1937). Nótese que la editorial lleva el nombre de la ciudad ficticia creada por el autor, que usó prácticamente en todos sus relatos. También en estos aparece Arkham así como la universidad de Miskatonik (otra creación imaginaria), el maligno color violeta o referencias a Cthulhu y el Necronomicón.

La editorial Alianza tiene unos cuantos libros de Lovecraft pero este, en particular, está encuadernado en tapa dura y pertenece a una colección donde salen publicados otros maestros del terror gótico (como "Vampiros", aquí reseñada y muy recomendada, y otros de Poe y Charles Dickens).

"En las montañas de la locura": Unos expedicionarios al Polo se dividen en dos grupos y el que se queda muy cerca de ciertas montañas titánicas acaba dejando de comunicarse con el otro grupo al que pertenece el narrador. Éste decide contar la historia porque se ha enterado de que van a hacer más expediciones a esa zona, y quiere advertir, con pavor, que es lo peor que podrían hacer, porque una vez dejaron de tener pruebas de vida del otro grupo, él acudió con los suyos y descubrió el horror: cuerpos despedazados, ausencia de cosas (también faltaba un hombre y un perro), y volando hacia las alturas para descubrir qué pudo pasar, él y su compañero se adentran en un mundo aparentemente en ruinas -solo aparentemente, ojo- que debió ser habitado por verdaderos seres monstruosos venidos del espacio exterior.

En cuanto a esta novela corta, y también incluyo la siguiente, comentar que es increíble cómo un autor puede pasarse veinte páginas describiéndote un escenario (una ciudad abandonada o una casa) y quedarte pegado intentando entender cómo salían esas ideas de su cabeza. Es cierto que no es apto para cualquiera, los hay quienes se podrían aburrir o no entender nada, y es que no es fácil dibujar en tu cabeza ciertas descripciones.

Respecto a los seres monstruosos que habitaron el lugar, una vez concebida la imagen en mi cabeza -con muchas páginas descriptivas de algo impensable-, recurrí a google para ver cómo lo habían visto otros. Me gustó esa experiencia y también me ayudó a definir esas cosas  que describía y esos esperpentos imaginarios. Antiguamente, sin internet, cuando leía a Lovecraft me parecía que el tipo estaba loco perdido porque las quimeras que imaginaba eran terroríficas, sí, pero totalmente imposibles, y es que el detalle es máximo, la descripción es larga y detallada, pero no deja de ser una auténtica locura visualizarla. No me extraña que siempre hablara de horror, pavor, terror, miedo, locura… Precisamente en su narrativa y la forma en que introduce los elementos que indican ese terror, es donde transmite lo horripilante que era aquello que veía en su cabeza y lo traducía en literatura.

Una cosa que me gustó muchísimo -y también internet ha tenido que ver- fue que cuando estaba describiendo el paisaje hacía alusiones a ciertos territorios misteriosos de nuestro planeta, y a excepción de Petra, que sí la conocía, me quedé flipada con la Calzada de los gigantes de Irlanda, unos cuadros concretos de Asia de Roerich, o el jardín de los dioses en Colorado.

La forma en que se encuentran los expedicionarios me recordó muchísimo al caso del Paso del Diablo (en realidad conocido así por la película, el nombre correcto era Dyatlov). Nueve alpinistas experimentados en un viaje hacia los montes Urales en Siberia, todos con experiencia, se desvían erróneamente y paran en Jólat Siajl (La montaña de los muertos) en el paso de Dyatlov, y como no vuelven envían un rescate y los encuentran muertos: la forma en que mueren algunos es la que resulta perturbadora (a una chica le faltaba la lengua y parte de la cara, algunos con huesos machacados, cráneo aplastado, heridas horribles, quemaduras, pulmones aplastados, etc... otros simplemente muertos de hipotermia, algunos salieron corriendo descalzos y desnudos en aquel ambiente helado bajo cero). Años más tarde la ciencia dijo que murieron por un sonido de baja frecuencia (infrasonido) que produce el viento en aquellos lares y que puede provocar psicosis, aunque esto no le da sentido a los que murieron de forma violenta a menos que se lo hicieran ellos mismos. La cuestión es que fue esa imagen la que me vino a la cabeza, solo que Lovecraft la había imaginado muchos años antes en su cabeza.

En este relato aparecen los shogoths como creaciones de los primordiales utilizados de mano esclava, y los hijos de Cthulhu que llegan del espacio para combatir con ellos (estos hijos tienen forma de pulpo). Sin duda aparecen escenas aterradoras.

Si tengo que definir este relato en concreto -que sin duda es el más completo- con una sola palabra diría que es una "locura".

"La Casa Maldita": Un joven y su tío se animan a investigar una casa que, dicen, está maldita porque a lo largo de los años no había más que desgracias allí. Una casa sita en Providence (ciudad de nacimiento de Lovecraft) construida en 1763 aunque existiera antes como granja. Allí solo crecía la enfermedad y la muerte, nadie se libraba, y las víctimas se iban sucediendo conforme pasaba el tiempo. Será el joven quien finalmente vea lo que realmente está bajo el suelo enfermando, pudriendo y matando a los habitantes del hogar, y se enfrente a ello con horror. Sin duda cuando vas leyendo la historia transmite una sensación de malignidad fabulosa. En este caso utiliza su otro color fetiche, el amarillo, para desarrollar la visión de algo terrorífico e insano.

"Los sueños de la casa de la bruja": Una casa habitada por jóvenes estudiantes -cada uno ocupa alquilada una habitación-, tiene fama de estar embrujada, pero solo uno de ellos sufrirá en carne propia las pesadillas hechas realidad. Una bruja y un pequeño ser peludo -no daré más descripción excepto que las patitas son más bien manitas humanas, qué horripilante todo- y un hombre absolutamente oscuro, negro como la noche y terrible, acosan al joven que cada día está más febril. Su horror crece cuando se da cuenta de que las pesadillas parecen llevarle realmente a un lugar real pues de él se trae alguna cosa. Y para más miedo y tensión, algunas ratas no paran de salir de detrás de una pared que parece inclinada. Otra maravilla de Lovecraft que aúna terror fantástico con drama.

Nada es blanco y limpio, siempre hay oscuridad y terror, pesadillas y cosas impensables, fungosidades y hongos, y el violeta... ese color al que parece adjudicarle cierta tenebrosidad, malignidad u odio, pero sobre todo y ante todo está su adoración por Poe.

Al inicio decía que se repiten las referencias a Arkham, la universidad de Miskatonik, el color violeta como signo de malignidad, incluyo el amarillo como algo insano, el Necronomicón y las referencias a Cthulhu. No es lo único: Edgar Allan Poe es recurrente también en estos relatos. Su admiración al autor era tal que no duda en hacerlo casi protagonista al inicio de uno de los cuentos, y siempre que tiene oportunidad lo menciona.

Personalmente, con el tiempo se me olvidan las historias pero los monstruosos seres y los extraños paisajes se me quedan grabados y es que esa es la fuerza de Lovecraft, su mérito, conseguir que cosas muy raras se queden en tu subconsciente.

Tres relatos inolvidables por lo horripilantes, tétricos, angustiosos y oscuros, que no pueden faltar en ninguna biblioteca de los amantes del terror.

Anika Lillo