En la oscuridad. La historia jamás contada de los 33 mineros enterrados en una mina chilena y el milagro que los liberó

Opinión:

Normalmente ocurre que cuando te acercas al tema de la minería sueles hacerlo desde un punto de vista muy sentimental, bien por la proximidad a ese mundo, bien por la admiración o por simple solidaridad y respeto a un gremio que ha sufrido y dado tanto a la historia de un país. Por eso es inevitable desde un principio realizar comparaciones entre lo que en el libro se nos narra y lo que aquí ha ocurrido a lo largo de los años.

Así que con nuestra propia minería y sus problemas como recordatorio, comenzamos un trabajo en el que su autor, Héctor Tobar, nos obsequia con una muy pulcra narración de los acontecimientos de principio a fin. Un trabajo muy bien realizado y en el que el sentimiento y la emoción serán los protagonistas desde bien comenzada la narración.

La obra está dividida en tres partes bien diferenciadas. La primera nos narra la vida de los personajes y cómo acontecieron la serie de acciones que terminaron por dejar encerrados a los mineros bajo tierra. La segunda consta de la repercusión mundial que tuvo esta catástrofe, el duro trabajo para poder rescatarlos y de cómo se mantuvieron con vida durante sesenta y nueve días en un lugar tan extremo como es la galería de una mina. Por último, nos encontraremos con la tercera parte que versa sobre su salida de la mina y la posterior aclimatación a sus nuevas vidas.

A priori puede parecer que la historia vaya a ser enrevesada o complicada de seguir debido a que está protagonizada por 33 personas, con sus respectivas familias y toda la ingente cantidad de personal que está a su alrededor. Nada más lejos de la realidad, el autor conoce perfectamente que este puede ser un punto complicado y lo resuelve muy correctamente no dándole el protagonismo a todos los personajes, sino creando un hilo conductor con las vidas de los más interesantes y apoyándose en los demás para seguir con la narración. De esta manera, aunque dé más importancia unos, los demás no son discriminados, aportando su granito de enriquecimiento a la historia.

Nos encontramos ante una narración muy bien trazada, que nos hace disfrutar de un relato lineal, rápido y ligero, en el que Héctor Tobar se las ingenia para ofrecernos la visión de los acontecimientos en el interior para acto seguido contarnos la repercusión en el exterior y viceversa. Página tras página van surgiendo los sucesos, se van contando y jamás se solapan los unos a los otros, ofreciendo una  visión amplia de todos los frentes abiertos que tuvo el desgraciado acontecimiento.

La emotividad, como he mencionado con anterioridad, está presente en cada circunstancia gracias al gran trabajo de Tobar a la hora de narrar y describir tanto la penosa vida de los desgraciados trabajadores, como todo el dolor, la alegría, el miedo y la desazón de sus familias, rescatadores y país.

Este buen trabajo queda rematado con la introducción de los comentarios de los afectados a lo largo de cada acontecimiento. Lo que se consigue es enriquecer la obra, ofreciéndonos los puntos de vista y el sentir de cada uno de los que participaron en esta tragedia, además de darle ese punto de realismo que es el que nos engancha y nos hace empatizar con los 33 mineros y todo su entorno. Estos apuntes serán los que le den el alma a la publicación.

Por ello, mi opinión es que estamos ante un fantástico libro que no solo nos contará una tragedia, sino que nos dará una lección de vida y nos enseñará que a veces los finales, aunque felices, no lo llegan a ser tanto. Así que recomiendo su lectura, primero como una forma de disfrutar de la literatura, y segundo, como una manera de darnos una bofetada de realidad ante todo lo que pasa fuera de nuestras fronteras.

Pablo Díaz