en la jaula

Opinión:

Publicada el mismo año que "Otra vuelta de tuerca", James nos muestra de nuevo el retrato de una mujer no demasiado compleja, vulgar pero muy inteligente y con un modo de reaccionar o afrontar los acontecimientos de la vida bastante particular: nunca pierde la calma ni parece afectarle demasiado lo que le sucede. Sólo es feliz cuando va urdiendo en su imaginación las presuntas tramas de las historias personales de sus clientes. Es una forma de escapar de la rutina. A pesar de todo, en ningún momento se nos presenta como una chismosa o una cotilla. Narrada la historia por un narrador omnisciente, todo lo que sabemos nos viene dado por lo que ve, piensa o siente la protagonista y el resto de personajes secundarios que forman su pequeño mundo. Ella ocupa el centro de la narración, sus pensamientos, sus fantasías, todo lo que le sucede. Y por tanto, de los enredos del capitán sólo sabemos lo que ella cree saber, haciéndonos partícipes en todo momentos de sus sospechas o sus conclusiones al respecto. Será en el episodio final cuando, a través del diálogo que mantienen la chica con su amiga la viuda señora Jordan, se nos permita conocer un poco más sobre lo ocurrido realmente.

En mi opinión toda la anécdota del telegrama del capitán es tan sólo una excusa para hacernos reflexionar sobre otros temas mucho más profundos que tiene que ver con el destino y su imposibilidad para controlarlo; finalmente la chica aprende la lección y se da cuenta que hay aspectos de la vida de sus clientes que se le escapan y que quizá su intervención en el conflicto amoroso del capitán no resultará tan fundamental como ella pensaba después de todo.

Los diálogos - como siempre sucede en los textos de James - resultan enormemente descriptivos pero también intencionadamente equívocos. La prosa es compleja, muy elaborada. La forma se encuentra en perfecta correspondencia con el fondo. Y como de costumbre, es un texto rico en sugerencias y en interpretaciones.