En el país de los trequetés

Opinión:

Es la primera vez que leo un cuento para niños como "En el país de los trequetés", ya que es realmente una obra de teatro.

Pertenece a la colección "El barco de Vapor" y está pensada para niños de 7 años en adelante.

Antes de iniciar la propia historia/obra de teatro, tenemos varios puntos a tener en cuenta, y que me han llamado mucho la atención.

Primero, se nos detalla de qué trata la obra, un resumen de lo que vamos a encontrar y de las enseñanzas que los niños pueden aprender en ella. Después se presentan los personajes, con su personalidad y unas pequeñas ideas de cómo se pueden representar, junto con una ilustración de cada uno de ellos. Continuamos con la escenografía e iluminación, para poder decorar el escenario en las diferentes escenas que encontraremos en la obra, como la aldea o el país de los trequetés. Y para finalizar, el atrezo, vestuario, caracterización y música, detalles también muy importantes para que los niños se metan más en el papel de cada personaje y conozcamos con que objetos tienen que interactuar durante la obra.

Además, durante toda la historia, tenemos también en letra cursiva y de color azul, comentarios sobre lo que los actores deberían de hacer durante la obra, por ejemplo, bailar, salir de escena, coger algún objeto, o cuando tiene que hablar alguna voz en off.

Todos estos detalles me han parecido muy importantes, para que se pueda representar la historia. Ya que creo que, por ejemplo, para una clase de colegio infantil, se puede sacar mucho provecho al libro, para la típica actuación de fin de curso.

No obstante, la manera en que tiene Ana María Machado de narrar la historia, nos permite dar otros usos a los libros.

Dado que el vocabulario está adaptado para que los niños lo aprendan y representen, es muy cómodo y fácil de leer. Así que también puede valer como lectura en casa para los niños, para que lo lean solos o acompañados. Al indicar en todo momento qué personaje habla, puede jugar con su hermano o sus padres a narrarlo con diferentes voces, e incluso en casa, representar algunas de las escenas. Por ejemplo, que el niño sea un trocotó e imite el galope de un caballo que hace él durante la historia. O que sea Anita, la protagonista, y otra persona representé a trequeté, y jueguen al lío de palabras que tienen continuamente durante la historia.

Durante el viaje de Anita, aprenderemos un montón de cosas.

Lo primero, la importancia de la amistad. Aunque al principio Anita parece una niña que saca de quicio a sus amigos, pronto vemos que la echan de menos, se aburren sin ella y que, hasta sus excentricidades para jugar, les eran divertidas. Tenemos que aceptar a nuestros amigos tal y como son, y no querer cambiarlos.

Cuando Anita llega al país de los trequetés y conoce su norma de que "todo se puede", la parece una idea genial. Pero pronto nos hace ver que no es así, que no siempre podemos hacer lo que queramos. Sobre todo cuando ello puede repercutir en que se haga daño a los demás. Anita y trequeté nos demuestra que no hay que ser cabezones, y que si nos hemos equivocado en algo, lo tenemos que reconocer. No podemos defender una idea si nos hemos dado cuenta de que no es correcta, hay que saber rectificar y llegado el caso, pedir perdón. Es necesario que haya unas normas, por lo que tenemos que respetar lo que los demás nos digan. Además, tenemos que aprender a ponernos en el lugar de las otras personas. Lo que para nosotros puede estar bien, a otra persona le puede ocasionar daño, físico o sentimental.

También Anita aprende la importancia del trabajo, de cooperar entre todos y de tener empatía. El trabajo no siempre es malo ni aburrido, no siempre es una obligación. En la aldea, cuando conoce a Manuel, Pepa, Sebastián y Antonio, la enseñan que si se trabaja a gusto, con amigos, el trabajo puede ser una fiesta. Incluso aunque el trabajo sea gratis, los amigos de la aldea lo hacen por gusto y porque se ayudan entre ellos. Lo importante es echar una mano a quién lo necesita, porque si fuese al revés, nos gustaría que lo hicieran. Hoy te ayudo yo, mañana me ayudas tú.

La historia que se cuenta dentro de la obra, de Pedro Malasartes y su sopa de piedras, me ha parecido muy curiosa y divertida. Con ella los niños verán la importancia de las palabras, como unas palabras pueden dar a engaño y conseguir que alguien haga lo que en principio no quería.

Las ilustraciones de Sandra de la Prada, nos acompañan durante toda la obra de teatro. Creo que en este caso tienen más importancia que en otro tipo de cuentos, ya que los niños se pueden apoyar en ellas para ver a los personajes que tiene que imitar, las ropas, el escenario o los coloridos trequetés.

Las ilustraciones tienen ese toque típico infantil que a mí siempre me recuerda a los libros de "barco de vapor" de cuando era pequeña. Me gusta que en la colección no se pierda ese toque que le diferencia del resto.

En resumen, "En el país de los trequetés" me parece un libro infantil muy completo y una obra de teatro fabulosa.

Vane Gómez