El violinista de Mauthausen
Título: El violinista de Mauthausen
Título Original: (El violinista de Mauthausen, 2009)
Autor: Andrés Pérez Domínguez
Editorial:
Algaida
Copyright:
© Andrés Pérez Domínguez, 2009
© Algaida Editores, 2009
ISBN: 9788498772784
Tapa: Dura
Etiquetas: romance amor drama espionaje espías holocausto nazismo nazis II Guerra Mundial 2ª GM 2ª Guerra Mundial intimista libros premiados literatura española romántica Mauthausen ocupación nazi campos de concentración
Nº de páginas: 479
Argumento:
Rubén Castro es un español exiliado en Francia, republicano y afiliado al partido. Pero de eso ya se ha olvidado cuando se compromete con Anna Cavour, su novia, en los jardines de Luxemburgo. Suele haber un violinista allí, pero hoy no está, y no importa, porque Rubén decide que bailen juntos ese vals, y ese pequeño y maravilloso recuerdo será vital más adelante en su vida. Cuando la Gestapo se lleva a Rubén, Anna recibe la visita de Robert Bishop, que la introduce en el mundo del espionaje.
El violinista, un ingeniero que sólo ansía una vida bohemia y que
rechaza el régimen nazi, será el tercero en un triángulo tan duro
como maravilloso, porque sólo las grandes personas pueden hacer
grandes cosas, y sólo esas grandes cosas pueden cambiar el mundo.
Ellos aún no lo saben, pero sus vidas no sólo se cruzarán… de sus
actos dependerá, de hecho, su supervivencia y su fé.
XLI Premio Ateneo de Novela de Sevilla
Opinión:
En el holocausto murieron alrededor de 7.500 españoles,
republicanos que lucharon en la Guerra Civil y que sobrevivieron
exiliados en Francia en campos de refugiados, y con la entrada de
los alemanes estos hombres y mujeres terminaron encerrados en
campos de concentración, exterminio y/o trabajos forzados, entre
ellos Mauthausen. Estamos muy acostumbrados a oír hablar del
holocausto judío, de vez en cuando tenemos noticias de esas otras
víctimas del nazismo, o ambientan las novelas en otros países (en
Austria, en Polonia, en Francia…) pero en esta ocasión Andrés
Pérez Domínguez rescata a los grandes olvidados
del holocausto y les da un espacio en la memoria, un espacio que
merecen porque también fueron víctimas inocentes de la locura y
barbarie nazi. Francia, Berlín, Austria, España y, directamente,
Mauthausen, son los lugares por los que viajamos con Rubén Castro,
su prometida, Anna Cavour, el espía Robert Bishop y el alemán Franz
Müller.
"El violinista de Mauthausen" es una novela de amor,
drama, pasiones, traiciones, tremendamente humana y sentimental,
intimista, real y cruel, tristísima y GRANDE. Muy grande. Narrada
de forma intimista, desvelándonos en ocasiones los pensamientos más
profundos de sus cuatro protagonistas, entramos en un mundo de
espionaje, chantajes, intereses norteamericanos y rusos sobre los
científicos del régimen nazi, y la humillante, horrorosa y
maltratada vida -si se le puede llamar vida a esa situación- de los
presos en Mauthausen. Pero sobre todo nos adentramos en sus
corazones y sufrimos con ellos. Escenas como la del vagón del tren
hacen que salte un resorte en lo más interno de ti y vivas con
profunda emoción lo que OCURRIÓ hace no tanto tiempo. Te remueve
por dentro y por fuera, no sólo por lo que te cuenta, si no por
cómo te lo cuenta.
¿Alguna vez has observado fotografías de las víctimas de
Mauthausen? Cuando ves esas pieles pegadas a los esqueletos, no
puedes creer que estuvieran vivos. Es imposible, los ojos lo ven
pero el cerebro no puede creerlo. Pero ocurrió, y hubo gente como
Rubén que fue perdiendo kilos y salud, pero también los hubo que
perdieron la vida, o la necesaria sensación de saberse personas, o
directamente dejaron de pensar porque eso significaba sufrir
todavía más. Con cualquiera de esas escenas a mí, como ser humano,
me saltan las lágrimas. Ves esos ojos vacíos, donde no cabe ya la
esperanza ni la vida siquiera… Se te hace un nudo en la garganta.
Pero ¿y "El violinista de Mauthausen"? ¿Lo consigue
también? Sí, esta novela te llega al corazón, a lo más hondo, y
habrá a quien se le salten las lágrimas en alguna ocasión (a mí
desde luego me ha sucedido) porque cuando la lees no te alejas de
ella, si no que entras de golpe y ya no sales hasta que termina. Y
entras en la tristeza más absoluta, porque el autor es capaz de
hacerte entrar y, algo que no consigue cualquiera, que te
quedes. Y a mí que no me digan que el tema del holocausto está
trillado.
"El violinista de Mauthausen" es una gran novela, una a
recomendar, de las buenas, de las de "verdad", de esas que
homenajean, se viven, se sufren, se agradecen, en las que te
implicas y en cambio no decides porque tú quieres saber cómo
terminará a pesar de no tener muchas esperanzas en un final feliz,
de esas que recordarás por escenas como las del vagón, o cuando
Rubén escucha el violín desde la cantera, o bajo la visión del
violinista ves a un republicano español con la foto de su prometida
en las manos pero agachado, sin atreverse a ponerse en pie, o
cuando ves a esa mujer abrazar a ese hombre y de pronto ella se da
cuenta de que él también está llorando… son escenas para no olvidar
jamás porque hubo otros Rubén Castro, otras Anna Cavour y otros
Franz Müller que merecen nuestro respeto, nuestro recuerdo y
nuestro homenaje.
Un premio, el Ateneo de Novela de
Sevilla, bien merecido.
Anika Lillo
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