El viaje

Opinión:

Algunos libros acaban en tus manos justo en el momento en que más los necesitas.

La Volátil, o Agustina Guerrero con su personaje, es maravillosa porque es muy real, muy humana. Una tragicomedia andante. Sus dramas se convierten en comedia gracias al carácter histriónico de su personaje, una mujer divertida pero vulnerable que conocemos desde un primer volumen titulado "Diario una volátil". Le siguieron "La volátil. Mamma mia!", "Érase una vez la volátil" y "A calzón quitado".

En estos tomos la conocimos en pareja, retrocedimos a su juventud, cuando aún era soltera, vivimos su embarazo… y ahora nos vamos de viaje.

Japón, un mundo nuevo, exótico, raro hasta decir basta, que nos atrae a muchos que no somos pequeños otakus, sino grandes curiosos atraídos por una sociedad que no se parece a ninguna otra del planeta. Siempre dije que son venusianos por eso, y en este libro vivimos toda esa ambientación tan especial de la mano de la Volátil. Con ella es fácil reírse, pero yo he soltado cada carcajada que me ha dado la vida. Además, en un momento en que llevaba ya un tiempo sin ni siquiera sonreír, me descubrí riendo a carcajadas y le di las gracias (mentalmente) a Agustina Guerrero por su gran trabajo.

La Volátil viaja con una amiga, Loly, un alma necesaria en su estado, porque -y yo la he entendido muy bien- ella se va con muchos miedos, mucha tensión, una sensación de terror y tristeza que no la abandona porque no está en su mejor momento, pero se ilusiona con cada cosa que ve (y quería ver) en distintas ciudades niponas. La Volátil quería vivir ciertas experiencias (como dormir en hoteles cápsula, conocer a las gheisas, hacer rituales del te entre otros, visitar templos y otros lugares sagrados, comer en restaurantes con costumbres nada occidentales… incluso conocemos la historia de Yayoi Kusama, la artista japonesa que acabó ingresando de forma voluntaria en una institución mental porque allí se sentía más artista -muy psicodélica ella, podéis buscar en google-.)

El viaje turístico es tan completo que vivimos muchas cosas con ellas; el libro, de 230 páginas, da para mucho, pero con Agustina Guerrero, por encima de todo, nos sentimos ella, sufrimos, nos reímos y empatizamos con ella… Somos ella. Por lo menos todas aquellas que hemos vivido situaciones similares a las suyas, y hablo de situaciones personales, no del viaje.

Si pudiera darle un 11 sobre 10, le daría un 12. Gracias por hacerme reír cuando más lo necesitaba, Agustina.

Anika Lillo