El último secreto de Leonardo

Opinión:

Esta es una obra repleta de misterios en la que los acontecimientos históricos y la ficción se unen llevando al lector de viaje al siglo XVI, XIX, la ciudad de Constantinopla, a la época de Jesucristo y a la actual.

La historia comienza en la ciudad de Florencia con el maestro Leonardo Da Vinci preocupado por un encargo que le pidió el mismísimo César Borgia, hijo del papa Alejandro. En ese escenario el lector vivirá un encuentro con un fondo humorístico cuando el propio Leonardo tropieza sin querer con Nicolás Maquiavelo. Perece un momento simple, pero le da un toque de realidad que se agradece. ¿Cuál es la tarea a resolver Da Vinci?, ni más ni menos debe duplicar una reliquia, la Sábana en que fue amortajado el hijo de Dios tras su muerte en la cruz, y con ello ocultar la auténtica. Aquí empezará una trama donde la codicia de los hombres se juntará con la verdadera fe.

Estamos ante un relato que novela el recorrido por el mundo del Sudario de Turín a lo largo de varios siglos y su eco en el presente. Nos llevará a visitar todos los monasterios donde se ocultó el santo Sudario de Cristo, codiciado por papas, emperadores, nobles, plebeyos... sedientos de poder. Es verdad que ante el nombre de Da Vinci algunos momentos de la escritura recuerdan al autor americano Dan Brown, pero sólo es eso, un leve recuerdo. Aquí no hay tanto material histórico que seguir y los personajes, aun siendo bastantes, no se sienten muy desarrollados, y eso se debe a que su papel es ir moviendo lo que es el enigma de la Sábana Santa. La lectura es sencilla, lineal, estructurada en capítulos cortos dejando siempre un final con la suficiente intriga para seguir leyendo. Los continuos saltos temporales no molestan ni hacen perder el hilo de la lectura, es más, dejan un buen sabor llevándonos cada vez a un diferente período.

Dividida en tres partes. En la primera seguiremos el plan de Borgia para robar la auténtica sabana a los duques de Saboya. Luego nos adentraremos en el taller de Leonardo siguiendo las dificultades y ensayos intentando resolver tan increíble trabajo. Con sus quebraderos de cabeza ideando una solución, daremos un salto en el tiempo, concretamente al siglo XIX, en la ciudad de París alumbrado por lámparas de luz de gas. Allí un pescador hallará un enigmático medallón, este acabará en manos de uno de nuestros protagonistas principales, Guilles Boussuet, un hombre de ciencias ateo, que buscará la verdad que esconde ese medallón. Una vez más el lector cambiará de época para saber que Gonzalo Fernández de Córdoba perteneció a la orden de Santiago y que tuvo un papel muy importante con el sudario al trasladarlo a cierto monasterio. Sabremos de la orden del Temple, mientras tanto en la España del siglo XVI, el santo oficio tiene un gran poder ejerciendo en nombre de Dios.

Personalmente, como cristiana, la segunda parte fue para mí la mejor. Vais a leer una bella narración de lo que fueron los últimos instantes de Jesús, hasta el día de su resurrección. Se me pusieron los pelos como puntas de tanta autenticidad que sentí. Nuestros autores, para darle credibilidad al momento en que la sábana termina desapareciendo, pusieron un personaje clave, un emisario... También regresaremos de nuevo a las andanzas de Guilles y su búsqueda...

En la tercera, el escenario será Madrid en la actualidad. Conoceremos a un nuevo protagonista, Enrique Castro, investigador de los templarios, comenzando a seguir algunas pistas... A la vez se le une una detallada narración de la Orden de los Templarios y lo que fueron las Cruzadas en Constantinopla. Los lectores amantes de esta Orden de los militares cristianos más poderosos de la Edad Media, vais a disfrutar.

Cerrará el libro la conclusión del estudio de la Síndone del informe de Gilles. Se analizará la Sábana Santa a partir de las diferentes pruebas y ensayos a la que fue sometida. Este estudio no buscó en ningún momento demostrar que fuera Jesucristo el hombre que dejó allí su impronta, sino explicar cómo se elaboró. Porque el misterio de la Sábana es cómo se pudo producir algo así, es inexplicable, independientemente de si realmente es el auténtico sudario de Cristo.

Una obra amena que se lee casi de una sentada logrando dejarte, tras cerrar la última página, la tranquilidad de haber pasado un buen rato de lectura, que al fin y al cabo es siempre eso lo que buscamos al empezar un libro.

Violeta Lila