El último querusco

Opinión:

Hasta la fecha, se han publicado tres episodios de la Tetralogía de Teutoburgo. El último querusco, fue el primero de ellos, después vinieron Liberator Germaniae y, el más reciente, La batalla del destino. Su autor, el alicantino Artur Balder, los define como "cuatro episodios para un sueño de libertad". Una respuesta concisa y muy apropiada, ya que el gran motivo de esta novela no es otro que la lucha del pueblo querusco contra el romano para conservar su independencia y libertad.

A medio camino entre la novela histórica y la de aventuras al uso, Balder propone una historia interesante y entretenida donde, innegablemente, la documentación tiene un papel imprescindible. Su estilo es muy cinematográfico, descriptivo y detallado, quizá a veces puede resultar un poco denso y puede que obligue al lector a recurrir varias veces al glosario que se incluye al final del libro. Pero sin duda, éste también sabrá apreciar la precisión léxica y la cura por la veracidad histórica, donde por ejemplo la descripción de un banquete del emperador Augusto es tan exhaustiva que parece que seamos uno de los comensales.

Probablemente, uno de los logros más interesantes son sus variopintos personajes que nos presenta el autor. Evidentemente, y simplificando mucho, aquí los buenos serían los germanos y los malos, los romanos, pero entre el blanco y el negro hay infinitas tonalidades de grises, y aquí, todos son capaces de llevar a cabo los más heroicos actos pero también los más crueles. Artur Balder ofrece un amplio abanico de personajes, principales -entre los que obviamente resalta el protagonista, Arminius, por su complejidad, juventud y valentía- y secundarios, cada uno con un toque interesante. A mí, personalmente, dentro de este segundo grupo me produjo simpatía Julia, la hija del emperador Augusto. Ella fue obligada a casarse con Agrippa, un amigo de su padre mucho mayor que ella, pero también fue víctima del incesto y llegó a engendrar dos hijos de su propio padre. Sin embargo, Julia sólo amó a quien no tenía permitido amar y que acabó con un final desolador (A modo de apunte diré que esta parte me recordó bastante a algunas escenas de la película de Ridley Scott, Gladiator).

Durante las más de cuatro cientas páginas, el lector será capaz de descubrir cómo vivían dos pueblos antagónicos como los queruscos (su vida en el bosque, los sacrificios, el papel de los animales en su cultura….) y los romanos, con sus grandes comidas y orgías incluidas. En El último querusco, violencia y sexo van casi siempre unidos de la mano. Balder relata de forma bastante explícita y cruel diversas violaciones, así como situaciones desoladoras de la guerra y que exigen un gran sacrificio -como la de la mujer que estaba a cargo de 12 niños y decidió matar a uno para poder seguir alimentando a los otros-.

Un libro que seguro hará las delicias de los apasionados por la novela histórica, a pesar de que, según dicen algunos entendidos, hay algún que otro fallo. Aún así, la historia gustará a aquellos que deseen conocer más a fondo el pueblo querusco, y uno de sus capítulos más sangrientos, así como a su líder Arminius, quien logró vencer a Roma.

Patricia Tena