El techo del mundo
Título: El techo del mundo
Título Original: (El techo del mundo, 2011)
Autores: Ángel Gutiérrez, David Zurdo
Editorial:
Plaza & Janés
Copyright:
© 2011, David Zurdo y Ángel Gutiérrez
© 2011, Random House Mondadori S.A.
ISBN: 9788401389887
Tapa: Blanda
Etiquetas: arquitectura economía romance amor crisis financiera ficción histórica histórica literatura española Nueva York Empire State Building
Nº de páginas: 576
Argumento:
En 1929, el crack de la Bolsa de Nueva York siembra en todo el
mundo el caos y el desconcierto.
Tom, Jay y Beth son tres hermanos criados en una granja de la
América profunda cuyos destinos, finalizada la Primera Guerra
Mundial, siguieron caminos distintos.
No será hasta 1930 cuando volverán a encontrarse, cuando se inicie
la construcción del edificio más alto del mundo: el Empire State
Building, una obra en la que trabajará el propio Tom.
Opinión:
La crisis económica en la que estamos actualmente sumergidos se ha
plasmado también en muchas de las novelas que se han publicado
últimamente, condicionando personajes y tramas para ilustrar esta
época incierta. David Zurdo y Ángel
Gutiérrez han ido un poco más allá y han escrito una
novela ambientada en la peor crisis de todos los tiempos: la que
siguió al crack del 29 y que dio lugar a la que sería conocida como
la Gran Depresión de los años 30.
En esa época de miseria y desesperanza comenzó a construirse el
Empire State Building de Nueva York, inaugurado el primero de mayo
de 1931, después de veintiún meses de iniciada su construcción.
Durante más de cuatro décadas se irguió como el rascacielos más
alto del mundo, convirtiéndose en un icono de la ciudad y en un
motivo para la esperanza. Más de 3.400 personas se emplearon para
construir sus más de cuatrocientos metros de altura, sus 6.500
ventanas y sus 73 ascensores. Una obra colosal levantada en un
tiempo récord y que es el eje sobre el que gira esta
historia.
La acción se inicia a principios de 1930, pocos meses después del
fatídico octubre del 29, cuando Tom Carter se dirige hacia el solar
donde va a construirse el edificio para pedir trabajo. Es entonces
cuando la historia da un salto hacia atrás y se traslada a 1910. En
esa época Tom vive en Filadelfia, y es un huérfano sin hogar que es
acogido por un hombre al que ha pretendido robar. Frank Carter se
lo lleva con él a su granja para criarlo junto a sus hijos Jay y
Beth y ofrecerle una vida y un futuro.
Y aquí es donde se hace cierta aquella afirmación de Ramón y Cajal
cuando decía "Hay pocos lazos de amistad tan fuertes que no
puedan ser cortados por un cabello de mujer". Porque será
precisamente una chica la que se interpondrá en la relación
fraternal entre Jay y Tom, de tal modo que terminará por destruirla
y por marcar el destino de todos.
Junto a los personajes de la novela, de Tom sobre todo,
recorreremos parte de la historia de los Estados Unidos, aunque sea
de manera sucinta: la dura vida en las calles, el auge de los
sindicatos en Filadelfia, la Primera Guerra Mundial, el crack del
29, la Ley Seca, la Gran Depresión… Todos los protagonistas van a
padecer de uno u otro modo los males de su tiempo, tratando de
adaptarse y de sobrevivir a una crisis devastadora.
La construcción del Empire State se convierte así en un símbolo de
superación, en un rayo de esperanza no sólo para Nueva York, sino
especialmente para los protagonistas de esta novela, marcados por
la amargura y la adversidad.
La historia está construida con esmero mediante una trama bien
hilvanada y un ritmo fluido. Los personajes son el reflejo de la
época en la que se ubican y los autores han introducido incluso a
un español en ella: un capataz de origen catalán que había
trabajado con Gaudí, y a través del cual vamos a conocer algunos de
los datos técnicos del Empire State.
El amor es el tema principal de esta obra. El amor a los hijos de
Frank Carter; el amor fraternal entre Jay, Tom y Beth; el amor
romántico de Tom y Jay por Jennifer o el de otras parejas de la
historia; el amor de un hombre por de su trabajo y por el edificio
que construye, representado por Mateu Casals; y el amor, en
definitiva, por una ciudad que vivió los peores momentos de
su historia y que se irguió orgullosa por encima del
mundo.
Pilar Alonso Márquez
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Comentario de los lectores:
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