El susurro de los árboles

Opinión:

"El susurro de los árboles" es una novela que acabé de escribir en el año 2005. Andaba yo a vueltas con mi vida, perdida, rompiendo esquemas, saltando por ventanas abiertas y cayendo al vacío, cuando se me ocurrió que, puesto que ya no tenía nada en la vida, tampoco tenía nada que perder. Fue entonces cuando decidí lanzarme a la descabellada aventura de ser escritora. Siempre había sido mi sueño, pero durante una época de mi vida hasta de mis sueños me había olvidado.

Primero fueron unos cuentos. Luego una reunión con Lolita Bosch para ver si hacía con ella unos talleres de narrativa. Lolita leyó unos relatos que le enseñé y lo tuvo claro: "tú sabes escribir, me dijo, no necesitas un taller de narrativa" (Del blog de la autora Libros a la luz de la luna")

De este modo tan bonito cuenta María Dolores García Pastor (Lola para los amigos) cómo gestó "El susurro de los árboles", su primera novela hasta la fecha. Y tengo que decir que estoy de absolutamente de acuerdo con Lolita Bosch. Si algo queda claro de la lectura de esta novela es que Lola sabe escribir. Y sobre todo, no incurre en casi ninguno de los errores que solemos perpetrar todos aquellos que emprendemos la tarea de escribir nuestra primera novela.

Una de los más recurrentes es el tratar de demostrar que "se escribe muy bien". El autor/a novel cree que recargando los párrafos con muchos adjetivos va a conseguir ser muy poético. De igual modo, el aspirante a escritor se calienta la cabeza ideando enrevesadas construcciones sintácticas. Esto termina resintiéndose en el ritmo y la agilidad de la narración y se traduce en un texto denso y plomizo. Nada de esto sucede en "El susurro de los árboles" afortunadamente.

Sorprende en ese sentido el perfecto (y envidiable) dominio del tempo narrativo que se aprecia a lo largo de la historia, la sencillez expresiva, la claridad con la que cuenta las cosas y la capacidad para trasmitir. "El susurro de los árboles" es una novela que sabe llegar al lector, interesar y conmover en el momento más adecuado sin trampas ni ramplonas estrategías narrativas (forzar las situaciones para "dar pena", por ejemplo).

Cada una de las confesiones o historias de las que Adela, la protagonista, se hace eco trasmiten una profunda verosimilitud, pero no sólo porque estén basadas en casos reales sino porque Lola sabe dotarlas de la humanidad y la hondura que cada una de ellas exige y requiere. En ese sentido, destacaría el capítulo 17 (Amalia) como un ejemplo claro de esto que digo: de historia bien contada, que sabe emocionar y excelentemente construida además.

Comete, pienso yo, un único defecto y que es algo bastante frecuente y normal en cualquier autor / a cuando quiere escribir su primera novela y es ese afán que tenemos siempre por querer contarlo todo en una única historia. Creo que a Lola también le ha pasado. No ha querido dejar ningún testimonio real en el tintero y eso se resiente a veces en algunos desvíos narrativos que rompen un poco la linealidad de la historia principal. Pero es algo normal y bastante natural porque a mí también me pasó y le pasa a la mayor parte de los primerizos: tenemos tantas cosas que contar que a veces resultamos algo excesivos.

Otro aspecto que sí me parece oportuno reseñar, aunque no me parece un error ni algo negativo, es sobre el tema de la objetividad. Está claro que casi todos los personajes que cuentan su historia / su drama personal, han sido víctimas de la brutal e inhumana represión de Pinochet, pero en su afán por ser objetiva Lola da voz a algunas personas que apoyan al regimen para que den su versión y opinión sobre los hechos. Yo creo que en esto la autora pone mucha voluntad pero se ve claramente de qué lado está, su implicación total con semejante injusticia y su solidaridad tanto con víctimas como con supervivientes, algo bastante lógico y con lo que estoy bastante de acuerdo, que apoyo al cien por cien, pero quizá -y aquí planteo más bien una duda- el escuchar la otra parte esté de más. De todos modos, intentar ser objetiva dice mucho de la honestidad de Lola como escritora y como ser humano que es.

Pienso que Lola se puede sentir muy satisfecha ya que consigue una novela de arquitectura sólida, bien asentada, muy bonita de leer y que te hace pensar también, algo que no suele ser frecuente cuando uno emprende la tarea de escribir su primera novela.

Joseph B Macgregor