El síndrome de Ambras
Título: El síndrome de Ambras
Título Original: (El síndrome de Ambras, 2008)
Autor: Pilar Pedraza
Editorial:
Valdemar
Colección: El Club Diógenes
Copyright:
© Pilar Pedraza, 2008
© Valdemar (Enokia S.L.), 2008
© Ilustración cubierta: Juan Richard Feliz
Edición: 1ª Edición: Mayo 2008ISBN: 9788477026020
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela terror miedo horror hombre lobo síndrome de Ambras gótico vida rural ferias feria ambulante monstruos España
Nº de páginas: 272
Argumento:
Durante un viaje de negocios con fines diplomáticos por España en el que le acompañan su jovencísima mujer (Lady Florence), la prima y doncella de ésta (Emily Farrell), su amigo y ayudante de cámara, Brian O'Casey, y resto de comitiva en carruajes o caballos, Lord Alexander Ashton ve un espectáculo en una feria ambulante en el cual se muestra a una mujer aquejada del Síndrome de Ambras: el pelo rodea su cuerpo, su olor es animal, su desnudez es extraña y al mismo tiempo vuelve locos a los hombres, y su personalidad es atrevida. Lord Ashton no es una excepción, al contrario, esa mujer le fascinará hasta el punto de cambiar toda su ruta y sus prioridades por ella. Y mientras tanto, habrá noches en las que empiece a enfermar y desaparecer.
Opinión:
El Síndrome de Ambras es una variante del síndrome del hombre lobo. En este caso el vello de una persona es más grueso, posee coloración y crece a lo largo de toda la vida. El síndrome de Ambras, llamado también Hipertricosis Universal congénita es una alteración genética que provoca el crecimiento de una gran cantidad de pelo en el rostro y cuerpo, y no es algo extraño en el s. XX pues conocemos casos mediante periódicos, revistas e informativos de televisión. Pilar Pedraza utiliza, pues, este síndrome pero ambientándolo en una época más lejana, más oscura, más dada al ambiente gótico y terrorífico donde se creía en los hombres lobo, haciendo de esta historia algo más real.
En ese ambiente ya de por sí más mísero, oscuro, lleno de supercherías, miedos, ricos muy ricos y pobres muy pobres, caminos tortuosos y personajes rudos, el que aparezca una feria con una mujer peluda y un hombre cuyo hermano gemelo es un apéndice que le cuelga de la espalda, son monstruosidades que nadie quiere perderse. Un tiempo sin televisión en el que el ocio tenía otros modos de representarse. A esa feria acuden Lord Alexander y su jovencísima esposa recién estrenada, y a partir del momento en que él ve a la mujer de abundante pelo, algo en su interior le arrastra. Pilar Pedraza consigue ponérselo fácil porque la feriante posee algo animal, no sólo el pelo, si no cierto instinto sexual muy propio del celo. Esa fogosidad es como una botella de feromonas abierta y expulsado su contenido con ventilador: atrapa a casi todos. Lord Ashton no puede ser, pues, una excepción.
Pero lo genial aquí reside en ese cambio que se va produciendo en él, algo que se observa como una posible enfermedad y que se acepta porque están en tiempos poco avanzados en medicina. Al mismo tiempo su joven esposa acepta su destino y trata de adaptarse a él, recorriendo parte de España a las órdenes de su confuso marido que sólo persigue a Serranilla, la hembra lobuna, pero ella lo hace también a su manera. Lady Ashton, que todavía es muy joven, intenta "vivir" relacionándose con los demás, especialmente con un joven que aparecerá durante el camino y les acompañará durante toda la aventura, Pavel, y con su prima y doncella, Emily.
Los lobisomes españoles, la política de la realeza, los ricos que van de caza, los leñadores y cabreros, las pulgas y las garrapatas, las posadas y las haciendas, acaban por unirse a ciertos cambios físicos y mentales de Lord Ashton y a desapariciones de niños, así como acontecen muertes demasiado cercanas a la joven Lady Ashton.
En la autora se nota el gusto por demostrar que las mujeres "existían" de verdad en la época, y no todas eran como la extranjera (fina, educada y en ocasiones repipi como cualquier otra aristócrata). Aparece, por ejemplo, Lucía Lumiares, toda una bandolera de la época, o María Teresa Esquivel, dama escritora y liberal.
Durante la novela aparecen muchos personajes que, en su mayoría, sólo están de paso, dado que viajamos con los Ashton y su comitiva persiguiendo a la Serranilla. Algunos de ellos, como Abdón María Esquivel y los hermanos Pontibrañas, tendrán más importancia, pero otros sólo estarán ahí porque el ambiente, la ruta y la trama los necesita. De ahí que esta sea una novela de hombres lobo al tiempo que un viaje por una España gótica rural.
"El síndrome de Ambras" es, pues, una novela como las de antes, para saborear y paladear, para degustar sin prisas, deteniéndose en la escritura que avanza despacio pero a su ritmo, que te cuenta una historia de las que ya no se hacen y tanto se echan de menos, de mano de una maestra cuyo talento para el gótico es innegable.
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Comentario de los lectores:
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