El príncipe cautivo: El rey

Opinión:

En "El príncipe cautivo: El rey" vuelve a cambiar el escenario y la dinámica entre los dos protagonistas. Mientras que en "El príncipe cautivo: El esclavo" los hechos ocurrían en la corte de Vere con Damen como un esclavo impotente y "El príncipe cautivo: El guerrero" se desarrolla en un ambiente castrense en el que Damen sigue siendo esclavo pero tiene más libertad de movimientos, en este libro los dos están ya en un plano de igualdad y con todas las cartas sobre la mesa.

Cada uno tiene su ejército, que deben unir para combatir a los usurpadores, pero dichos ejércitos han sido enemigos históricos y es normal que reine la desconfianza. También, entre los seguidores de Damen, el hecho de que haya sido esclavo del príncipe enemigo es un golpe muy duro. En este contexto, la forma en la que se desarrollan las cosas y ambos ejércitos acaban haciendo piña me parece demasiado fácil y rápida para el rango temporal que se maneja.

También se vuelve a caer demasiado a menudo en argucias que recuerdan demasiado a situaciones pasadas para resolver muchas de las situaciones de peligro, con movimientos que no acabaron de convencerme tanto en el bando de los protagonistas como en el bando de los usurpadores. Y demasiadas coincidencias y golpes de suerte.

La relación amorosa entre los protagonistas, sin embargo, adquiere nuevas capas y, sorprendentemente, dados los antecedentes, se convierten en una pareja muy mona y bastante sana. Todos los secretos de Laurent quedan también desvelados y, con ellos, sus vulnerabilidades, mientras Damen se sigue comportando como un hombre honorable y enamorado. Además, las escenas eróticas de esta novela son muy relevantes para la relación entre ambos.

El final, por otra parte, es demasiado brusco, y no solo por el corte abrupto que pide a gritos un epílogo en el que se expliquen las muchas cosas que quedan por resolver. La autora equilibra la balanza entre Damen y Laurent de forma un poco forzada, por no hablar de que la situación precaria de ambos se resuelve cuando todo está perdido gracias a una iluminación por parte de Damen cuyo origen sigue sin quedar claro y con un testimonio y una carta demasiado oportunos.

En definitiva, aunque la parte romántica se resuelve de forma satisfactoria, todo lo demás no está a la altura de los dos libros anteriores, aunque en general es una trilogía interesante y amena.

Déborah F. Muñoz