El primer siglo después de Béatrice

Opinión:

Amin Maalouf deja plasmado en esta novela su gran preocupación por la separación existente entre el Norte y el Sur. El mundo está dividido en dos zonas, una en el Norte con una población estable y con bienestar, y una en el Sur con una población más empobrecida cada vez.

Se ha descubierto una sustancia que provoca que las mujeres sólo puedan dar a luz a niños. Las niñas no son queridas en las zonas menos desarrolladas y son consideradas una carga para la familia. Esta sustancia ayuda a que sólo se tengan hijos y se acabe el problema. La venden en mercadillos, en ferias, en puestos ambulantes, y es ahí donde el personaje de la novela la encuentra. La primera vez que la ve es en un mercadillo de El Cairo y ahí empezará toda la historia.

Bajo el aspecto de un remedio tradicional para tener sólo varones existe la duda de que sea una forma de discriminación, de erradicación, de esterilización de las zonas del Sur. La realidad es que un nacimiento masivo únicamente de varones puede provocar un desequilibrio mundial que, sin querer, puede afectar a la zona Norte. ¿Cómo podrá subsistir la población con un número escaso de mujeres? Posiblemente, las rebeliones están aseguradas.

Amin Maalouf pone sobre la mesa esa brecha existente entre los dos mundos y da pie a la reflexión. ¿Qué estamos haciendo con el mundo? ¿Dónde está la moral o la ética?

En mi opinión, es un libro que está escrito de un modo fluido, sencillo, perspicaz, lleno de reivindicación al ver el camino que lleva la humanidad. Muestra la desilusión del autor ante el mundo, el machismo, la misoginia, el poder, y hace una llamada hacia la sensatez. El libro además de narrar la historia de amor de su personaje sitúa al lector en la posición de reflexionar. Es un libro muy bien escrito que, sin crear conflictos, sólo a través de los pensamientos del personaje, desea y pretende soluciones justas para equilibrar el mundo.

Ana Machancoses