El plan Madagaskar

Opinión:

El Tercer Reich se caracteriza, entre otras cosas, por su interminable plan expansionista, ya fuera por el Este hacia Rusia o en el norte de África. Ideas que en su día fueron planificadas y que dependían en gran medida del resultado final de la segunda guerra mundial y de los pactos que pudiesen fraguar con otras naciones, en especial con Inglaterra.

Entre ellas destaca la que nos sugiere esta novela, una acción para enviar a cuatro millones de judíos a una isla de África, concretamente a Madagascar; una alternativa para crear un gueto a miles de kilómetros de distancia bajo supervisión alemana, utilizar la mano de obra barata, obtener beneficios de los distintos productos que se pudiesen explotar y esperar a que las condiciones de vida produjesen una extinción natural. Una idea que no se llevó a cabo pero que se estudió sobre el papel; aquí el autor recrea cómo pudo haber sido aquella aventura y las consecuencias mundiales que hubiese tenido de haberse puesto en marcha.

Con un trasfondo histórico, el relato arranca con la victoria del Tercer Reich y nos introduce en una ficción (ucronía) de la que no somos conscientes hasta avanzada la novela; es tan alto el grado de realismo y el manejo de los acontecimientos reales del pasado que en más de una ocasión nos quedamos perplejos ante la posibilidad de lo que nos cuenta el autor haya sucedido de verdad.

Los personajes centrales desempeñan una trama paralela en la que el suspense se desarrolla a través de una persecución, donde el odio y la venganza se unen al conflicto principal. Un episodio donde los niños robados para experimentos nazis nos devuelve al mundo real de las prácticas con las que los alemanes se obsesionaron en busca de su raza aria.

En este mundo imaginario la acción cobra protagonismo con los grupos de resistencia judíos que sabotean y luchan contra el Tercer Reich. Una estructura bien orquestada que transforma la novela en una aventura bélica al mejor estilo de las narraciones de guerra y terrorismo. El problema judío en busca de un asentamiento definitivo y la creación de un Estado con la ayuda de ingleses y norteamericanos ponen en el punto de mira a Madagascar; para lograrlo hay que expulsar a los nazis de la isla.

La pretensión alemana de construir una bomba nuclear y el interés norteamericano por ella, junto a las presiones de la comunidad judía norteamericana, así como la posible expansión comercial de Inglaterra, son alguno de los puntos que nos hacen estar más cerca de la realidad o al menos de pensar en que el autor ha jugado con muchos elementos históricos para crear unos escenarios calculados al milímetro. Una recreación futurista que por suerte no hemos conocido.

Una novela con infinidad de pequeños detalles que puede tener diversas lecturas según el género preferido de quien la lea: el histórico, con su hipótesis sobre el mapa del mundo después de la segunda guerra mundial; el de suspense, porque todas las tramas mantienen en vilo al lector; o el drama, por los hechos y sentimientos que se narran; aunque todos tienen en común el thriller que les acompaña con un ritmo trepidante que nos lleva hasta un final inesperado.

Porlomenix