El oro de Mefisto

Título: El oro de Mefisto
Título Original: (El oro de Mefisto, 2010)
Autor: Eric Frattini
Editorial:
Espasa
Colección: Espasa Narrativa
Copyright:
© Eric Frattini, 2010
© Espasa Libros, SL, 2010
ISBN: 9788467034226
Tapa: Blanda
Etiquetas: adaptaciones basada en hechos reales conspiraciones holocausto nazismo nacionalsocialismo nazis II Guerra Mundial pasillo vaticano ODESSA CIA cuarto Reich Suiza Vaticano
Nº de páginas: 412
Argumento:
A finales de la II Guerra Mundial, cuando el
nacionalsocialismo perdía su guerra a pasos agigantados, un grupo
de hombres creó la organización ODESSA. Martin
Bormann, Jefe de la Cancillería y secretario privado del
Führer, se encontraba tras este grupo que se
encargaría de sacar de la Alemania nazi a líderes del holocausto,
médicos e investigadores que hicieron verdaderas sangrías en los
campos de concentración, con el fin de proporcionarles nuevas
identidades en países aliados o menos problemáticos. La meta era
salvar sus vidas para volver más tarde con un Cuarto Reich.
En medio de todo esto un magnate francés propone a su hijo
seminarista, August Lienart, que se ocupe de ser el enlace entre
ODESSA y el Pasillo Vaticano. Dicho de otra forma: que se encargue
que desde el Vaticano ayuden a los nazis a escapar.
Opinión:
"El oro de Mefisto" está basado
en hechos y personajes reales, no sólo los relacionados
con el nacionalsocialismo si no también desde aquellos que
participaron en esta historia en la parte norteamericana (por
ejemplo con Allen Dulls, que sería el
director de la CIA, y su equipo), croata, italiana
o suiza.
Alemanes y curia de distintos países se aliaron al tiempo que Suiza
blanqueaba un dinero cuya existencia provocó que el
holocausto continuara cuando podía haber acabado
antes, y esta sensación de horror que produce el saber que el
nacionalsocialismo duró más tiempo gracias al
movimiento de dinero (robado a los judíos principalmente, amén de
las empresas que pusieron su granito de arena apoyando toda la
maquinaria de Hitler) se trasluce con muchísima claridad en la
narración de Eric
Frattini. El autor, asqueado por esta situación, no se corta a
la hora de introducir en algunas conversaciones de sus personajes
lo que siente él mismo. Así, Edmund y August Lienart, personajes
creados por él, aprovechan para llegar al gran público con la obvia
crítica a los suizos y al
Vaticano, que colaboraron silenciosamente con el
nazismo. Pero no sólo las conversaciones son parte importante de su
pensamiento: cada detalle de sus personajes, reales o no, incitan a
pensar que hay una verdadera preocupación por que quede muy claro
qué clase de tipos eran los que había tras el nacionalsocialismo.
Sus actos, sus aberraciones, sus palabras provocan muchas veces
asco. En eso Frattini ha conseguido su
objetivo.
El hecho de basar la novela en hechos y personajes reales poniendo
en boca de líderes nazis, banqueros
suizos o curia vaticana algunas palabras,
hace que la novela sea algo aséptica; al texto le falta de alma y
da la impresión de que no sale de los tópicos (seguramente al no
querer salirse de los verdaderos hechos, Frattini ha
evitado novelar en exceso la trama y a sus personajes). No ocurre
así, en cambio, cuando Frattini dedica sus páginas a August
Lienart, al que puede dotar de una personalidad propia e inventada.
Es con Lienart -y también con su padre-, protagonista de otras de
sus novelas, con quien más se percibe la narrativa.
August Lienart es, según palabras de Frattini, una muy mala persona que ya
había dado que hablar en sus anteriores novelas porque es un
personaje recurrente. Aquí aparece siendo más joven, de forma que
puede mostrar por qué al final se volvería el tipo de persona que
sus lectores ya conocen, y debo decir que aunque desconozco en qué
tipo de hombre despreciable acabaría convirtiéndose, aquí todavía
se percibe ternura, cierta inocencia y muchas dudas acerca de su
propia vida, por lo que parece bastante humano. El amor por su
madre, por Elisabetta y sus palabras contra los asesinos acaban
compitiendo con su propio apoyo al nacionalsocialismo. Al final ya
sabemos qué gana, pero en todo caso aquí aún se le ve humano.
Además introduce la parte norteamericana de la historia: el
gobierno quería -igual que otros- hacerse con hombres "importantes"
alemanes que se habían dedicado a la investigación
médica o armamentística, y para ello no
duda en salvar de la quema a verdaderos sanguinarios que
experimentaron con seres humanos de la forma más inhumana
imaginable, ofreciéndoles un bonito hogar y un trabajo bien pagado
a estos y sus familias.
La novela es, por tanto, ideal para los ya lectores de Eric
Frattini así como para aquellos que quieran conocer qué
fue el Pasillo Vaticano, la organización
Odessa, y hasta qué punto estuvo implicado el
Vaticano en el nacionalsocialismo de Hitler, cómo les ayudaron a
escapar, dónde acabaron probablemente estos personajes y quiénes
movieron los hilos, haciendo hincapié especial en
Suiza y el Vaticano, así como
también hablarles de la OSS (y a partir de ahí, de
la organización norteamericana que salvó a tantos indeseables). Una
opción alternativa a los ensayos históricos.
Las últimas páginas están dedicadas, entre otros datos, a las
minibiografías de los personajes reales que aparecen en la novela
donde indica qué hicieron, si fueron acusados y a qué edades
fallecieron. Ver que algunos pasaron felizmente de los 80 años
resulta estremecedor después del daño que hicieron.
Anika Lillo
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Comentario de los lectores:
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