El nuevo Barnum

Opinión:

Alessandro Baricco (Turín, 1958) es un escritor que no suele dejar indiferente. Resulta fácil reconocerle por poseer una prosa ágil, vivaracha, con buen olfato para los temas llamativos, que sin duda hace uso de la noción de espectáculo y pirotecnia cuando escribe (se le reprocha en ocasiones cierto esnobismo o tendencia a la grandilocuencia), aunque eso no tiene por qué ser malo si al final el producto merece la pena. Y suele merecerla.

"El nuevo Barnum" no es una nueva entrega narrativa, sino recopilación de las colaboraciones de prensa en forma de columnas de opinión que ha publicado en diversos medios en los últimos veinte años. En ellas Baricco se dedica con frecuencia a comentar, casi teorizar, sobre sus grandes pasiones (el fútbol, su amor primero y más sólido, pero también las carreras de coches, la política italiana y la música clásica, entre otros muchos asuntos). Es sin duda un escritor que ha nacido para competir, en el concepto más amplio de la palabra, para ganar y romper récords, por eso no extraña que entre sus aficiones reconocidas y los temas desgranados en este libro se encuentren tantas actividades en las que la competición es el objetivo principal.

El Baricco columnista tiene muchas virtudes. Sabe ser tremendamente ameno, encontrando siempre la carga de contenido justa en un artículo para que sea a un tiempo informativo y fácil de leer. Admiro su capacidad para transmitir entusiasmo en las historias, hasta las más remotas (sobre las 500 millas de Indianápolis, por ejemplo, un evento que a mí ni me va ni me viene y que sin embargo leí sin pestañear). Resulta una delicia cuando pone su poderío narrativo al servicio de la historia que quiere contar.

He disfrutado especialmente, por la manera en que se moja y ofrece ideas para alimentar el debate sobre temas como de qué manera pueden hacerse políticas culturales que verdaderamente contribuyan a mejorar la cultura. De manera concreta, la política de subvenciones de los estados: ¿deben subvencionarse los teatros, la ópera? ¿se está creando un ecosistema cultural más rico sosteniendo de manera artificial proyectos que serían impensables en el libre mercado?

El escritor turinés es un admirador confeso de la llamada cultura popular, a la que dedica muy buenas entradas. Como curiosidad, el título del volumen hace un guiño a D. T. Barnum, quien creara espectáculos de freaks para entretenimiento popular en Norteamérica.

El conjunto posee valor como testimonio de una época en la que alta y baja cultura conviven e incluso aparecen como fenómenos híbridos, difíciles de distinguir. Los artículos dedicados a la tragedia del 11-S sobrecogen.

Una recomendación clara para quienes disfrutan del buen columnismo, de la mano de unos de los escritores italianos contemporáneos más sólidos.

Rafael Ruiz Pleguezuelos