El motel del voyeur
Título: El motel del voyeur
Título Original: (The Voyeur’s Motel, 2016)
Autor: Gay Talese
Editorial:
Alfaguara
Colección: Literaturas,Narrativa Internacional Alfaguara
Copyright:
© Gay Talese, 2016
© Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U., 2017
Traducción: Damià AlouIlustraciones: B/N
Edición: 1ª Edición: Enero 2017
ISBN: 9788420426631
Tapa: Blanda
Etiquetas: reportaje crónica crónica social periodismo sexualidad sociedad estadounidense voyeurismo tabús parejas relaciones familiares moteles condición humana ser humano libros ilustrados ensayo literatura estadounidense basada en hechos reales
Nº de páginas: 232
Argumento:
En 1980, Gay Talese recibió desde Denver, Colorado, una carta donde un hombre le contaba que tenía un motel y que allí espiaba a sus clientes desde las rejillas de ventilación que había instalado en el techos de las habitaciones. Además de satisfacer su tendencia de voyeur, también llevaba un registro secreto de todo lo que había visto. Talese comprobó por sí mismo que aquello era cierto, pero no pudo utilizarlo, ya que había suscrito un acuerdo de confidencialidad, hasta que muchos años después Gerald Foos, el propietario del motel, accedió a que la historia se hiciese pública.
Opinión:
Como no conocía la trayectoria literaria de Gay Talese, al principio pensé que "El motel del voyeur" era una novela que recurría a la interposición de un ficticio corresponsal para introducir la historia. Pero no es así; los hechos son ciertos y forman una extensa crónica de lo que ocurre en la intimidad doméstica, sobre todo en lo que respecta a la sexualidad.
No obstante, hay que apuntar lo que el mismo Talese menciona en algún momento acerca de que la memoria de Gerald Foos podría haber confundido algún detalle o fecha y por eso optó por reescribir algunos pasajes del libro tras un artículo del Washington Post, previo a la publicación definitiva, que planteaba dudas sobre la coherencia de varias fechas y detalles incluidos.
Otros elementos controvertidos son las ocasiones en que denunció, siempre de manera anónima pues era consciente de que tendría problemas si la policía descubría que espiaba a los ocupantes de las habitaciones, que se estaban vendiendo drogas, lo que no produjo ningún efecto, o un asesinato que presenció directamente, pero en esa época los registros policiales no eran electrónicos y si la víctima era desconocida el informe pudo acabar en cualquier rincón.
Tras haber iniciado la correspondencia entre ambos y para comprobar la veracidad de lo relatado en sus cartas, tuvo lugar un encuentro en el motel, donde el autor también llegó a asomarse a esos discretos miradores y comprobó de primera mano que existían y que lo que le había contado el motelero era verdad. No obstante, la iniciación en el voyeurismo casi provoca que les descubran por la natural falta de práctica, que hay pequeños detalles en los que no se piensa y pasa lo que pasa.
Un aspecto que destaca en la personalidad de Gerald Foos y que Gay Talese menciona es la disociación que se separa cuando observa a las personas en la intimidad de su habitación de la que presenta cuando atiende al público o, incluso, cuando pasa a limpio las notas, que se aleja de su otro yo y lo llama "el Voyeur". No me ha extrañado ese comportamiento, si alguien tiene una pulsión muy fuerte sobre algo, es muy fácil que se manifieste a un nivel mucho más primario que el propio consciente de la persona.
Son muchos años de observaciones y también de evolución de la sociedad norteamericana, desde final de 1966 hasta principios de 1980, que es la parte que finalmente sale reflejada en estas páginas. Años de anotaciones y estadísticas que reflejan los cambios sociales que se fueron produciendo. A veces como simple testigo, otras más gratificantes para su obsesión. Y si al final se ha podido publicar, ha sido porque Gerald Foos accedió a que su identidad y otros detalles sustanciales apareciesen publicados y formasen parte de lo que él tituló "Diario de un voyeur". Así es que se incluye una serie de fotos, en blanco y negro, tanto personales como del lugar.
Cuando, tras la lectura, he intentado definir qué era "El motel del voyeur", me he dado cuenta de que sería complicado, ya que puede verse de varias maneras. Tiene una estructura de novela (mi despiste al principio y que mencioné antes); la mayor parte consiste en las anotaciones con las observaciones e impresiones de Gerald Foos, complementadas con los comentarios y acotaciones de Gay Talese, que desarrolla una más que notable crónica periodística.
También podría considerarse el conjunto resultante como ensayo, ya que forma un extenso estudio del comportamiento humano en la intimidad cuando, y eso es muy importante, las personas no se sienten observadas y actúan tal como son en realidad. Sea como sea, me quedo con la idea de que "El motel del voyeur" es un excelente ejercicio de crónica periodística y puedo decir que su lectura, además de ilustrativa y sugerente, es apasionante, de verdad.
Selin
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