El misterio del planeta de los gusanos

Opinión:

Cuando leí el título recordé la película "Temblores" (con Kevin Bacon), un film de acción, terror, de pegar saltos y algún gritito, adrenalina y mucha emoción -especialmente porque la vi de muy joven-, y recordemos que este libro es para adolescentes. Eso me atrajo de él. Pero también la portada, una magnífica ilustración que invita a leer la novela, en una encuadernación en tapa dura que lo hace, si cabe, más atractivo. Al sumarle que el autor es un artista en esto del best seller, no me quedó otra que probar con él. Leo mucha literatura juvenil, no soy una ignorante en este sentido, y además conozco al autor como escritor de literatura adulta.

También comentaros que si debo elegir palabras clave para esta aventura estarían "extraterrestres", "viajes interplanetarios", "aventuras", "poderes psíquicos", etc… Sólo con esos cuatro tags el libro ya es apetecible, pero claro…

Y aquí viene mi crítica (que es más crítica, esta vez sí, que opinión)

Me sorprendió sobremanera que un autor tan "especialista" en novelar historias no fuera capaz de hacer una novela dirigida a un público más amplio. Mucha de la literatura juvenil de hoy día pueden leerla desde niños de 12 años hasta adultos de 50 y disfrutarla prácticamente por igual. Son pocos los que deben ajustarse mucho por el tipo de historias que escriben pero esta novela precisamente es de las que podría ser para una franja de edad mucho más amplia. Será que los tiempos han cambiado y los lectores también. Pero ahora veremos por qué… "El misterio del planeta de los gusanos" me resultó extremadamente infantil para ser considerada juvenil (de hecho no lo es ni por asomo), pero con explicaciones demasiado complejas para ser consideradas infantiles (cuando los personajes hablan de los planetas, galaxias, teorías, prácticamente física cuántica y cosas que hasta a mí me costaba retener -y a un niño hay que "retenerlo" en la lectura para que no se aburra-). Y si esto indica que para muy niños no es, imaginad cómo se me quedaron los ojos cuando empieza el libro y aparece un tío que nadie ha visto en su vida -ni se conocía su existencia hasta que él dice "soy vuestro tío"- e invita a los niños a llevárselos de vacaciones, y ves que la madre -viuda y que jamás ha oído hablar de ese hombre- les da permiso sin preguntarse qué tipo de persona podría ser. Qué va, no, hala, iros con él a disfrutar, y no molestéis mucho que tengo mucho trabajo en el hostal, ya hablaremos de vez en cuando por teléfono. Imaginad cómo se me quedó la cara cuando vi esta situación tan increíble. Deduzco que lo mismo debe pensar cualquiera que supere ya los diez años, pero en fin… Siempre he dicho que incluso dentro del género fantástico, a menos que hablemos de historias surrealistas -que tienen derecho serlo-, la credibilidad debe ser importante.

He dicho todo esto por una sencilla razón: este es uno de esos libros que les puede gustar a un tipo muy determinado de personas, con una franja de edad muy corta, quizás entre nueve o diez y doce años como mucho. Follett no supo aquí escribir una historia equilibrada entre la edad de los lectores y su propio texto, pues incluso dentro de él hay un desequilibrio en la balanza.

Ni siquiera su título original estaba muy bien elegido (que sería "El poder de los gemelos") porque los niños no tienen ningún poder hasta que el tío Grigorian se lo concede, y cuando lo hace también incluye a Panza en este grupo con poderes, con lo cual serán tres, no un par de hermanos gemelos, aunque el poder del tercero esté compartido, además, con una criatura extraterrestre. Está mejor elegido el título en español. Lástima que la historia haya resultado tan infantil y sosa para mí.

Creo, no obstante, que sí gustará a esos otros niños de edades más concretas: nueve años si ya son lectores y no les importa saltarse lo que no entienden, porque después de todo la verdadera aventura está detrás de las explicaciones científicas; doce, si les da igual que no exista ninguna credibilidad en la parte más "normal" de la historia. El resto es fantasía y ciencia ficción, ahí puede hacer lo que quiera y tiene derecho a que nos lo creamos, pero lo anteriormente dicho no justifica que un autor con tantas tablas haya parecido tan principiante.

Y entonces fue cuando empecé a hacer la ficha del libro y al poner la fecha de cuando Follett escribió el libro descubrí que fue en 1976. Tal y como yo lo veo o creyó que los niños de entonces eran más tontos (no debió conocer a Julio Verne) o si coge hoy esta historia toma sus conocimientos actuales del nuevo lector infantil y juvenil y construye una historia mucho más creíble.

Sea como sea sí va a gustar a lectores jovencitos, pero difícilmente adolescentes, en todo caso preadolescentes. Digamos que es ideal para lectores nada exigentes. Por cierto, esta es, en realidad, una novela de explotación 'animal', ni más ni menos.

Una última nota: la novela está salpicada por algunas ilustraciones en blanco y negro de galaxias que sirven para separar los capítulos, más el dibujo de un ovni en cada página del mismo modo en que aparece abajo el número de página, o sea siempre, con el fin de que parezca más atractivo.

Anika Lillo