El manantial de los silencios
Título: El manantial de los silencios
Título Original: (El manantial de los silencios, 2010)
Autor: Antonio Gómez Rufo
Editorial:
Alfaqueque
Copyright:
Introducciones de Françoise Dubosquet-Lairys, Mª Jesús Ruiz Fernández, Antonio A. Gómez Yebra y Pedro Ruiz Pérez
© Antonio Gómez Rufo
Edición: 1ª Edición, Octubre 2010ISBN: 9788493742072
Tapa: Blanda
Etiquetas: adaptación basado en hechos reales costumbrista drama misterio histórica intriga tensión literatura española ficción histórica China siglo XIX Austria
Nº de páginas: 604
Argumento:
Las lágrimas de Henan:
La imposición de la nueva ley china sobre la cantidad de hijos
lleva a un campesino, deseoso de tener un varón (tiene dos
niñas) a apostar por un nuevo embarazo de su esposa. Pero lo
trágico de su historia no acabará en la injusticia de la
ley...
El alma de los peces:
Mientras una joven permanece mirando por la ventana, el joven
soñador Bruno Weiss, que sólo ansía leer y vivir sin trabajar, se
dedica a recorrer mundo y a buscar métodos de dinero fácil para
terminar convirtiéndose en la imagen perfecta del austríaco que
tanto nos recordará a aquellos que apoyaron y apostaron por el
nazismo.
Adiós a los hombres:
Juan está casado con Claudia y le obsesiona la soledad, depende de
ella,... pero tiene una joven amante, Laura, que no le pide nada y
le hace feliz. Hasta que le pide algo imposible...
El volumen contiene, además, las introducciones de varios
profesionales (catedráticos, profesores, filólogos) como Françoise
Dubosquet-Lairys, Mª Jesús Ruiz Fernández, Antonio A.
Gómez Yebra y Pedro Ruiz Pérez, y finaliza con algunas críticas
que los libros recibieron en su día cuando se publicaron por
separado.
Opinión:
No esperaba yo leer "El manantial del silencio" con tanta
rapidez. La cantidad de páginas, cuando no dispones de tiempo,
suele asustar pero descubrí que podía ir ligera sobre el texto, sin
perder detalle, y aun así viajar e introducirme en diferentes
paisajes y ambientes sin dificultad, especialmente en la China
campesina y en la Austria del s. XIX. El tercer ambiente no
necesitaba siquiera un esfuerzo, pues puede ser un piso cualquiera
de mi época, de nuestra época.
La cuestión es que no sólo descubrí la relativa sencillez con la
que Gómez Rufo narra sus
historias si no que ello no impide que su prosa sea limpia,
cuidada, de apariencia sencilla pero pulida.
Y las historias son emocionantes, especialmente "Las lágrimas
de Henan" y "El alma de los peces", cada una por
distinto motivo. Y de las emociones sencillas pasa a las fuertes en
estos dos tomos, así como a la intriga y la inquietud en el caso de
"Adiós a los hombres".
"Las lágrimas de Henan" tiene la
capacidad de hacerte ver cada detalle de una estancia o una
familia, lo que significa cada gesto... y su comienzo es brutal:
una mujer (Lin Lizhou) se ha vuelto loca. La imagen que ofrece de
ella crea curiosidad, expectación. Durante el relato Gómez
Rufo nos contará qué la ha llevado a ese estado. El
interés no se pierde a pesar de que en medio de la relación
familiar, tendrá mucho que ver en la historia el descontento
general de los hombres con la nueva ley china que impone una multa
a quien supere la cantidad de hijos permitidos. No decrece el
interés, al contrario, aumenta, pues el campesino (Wong Feng)
decide tener ese hijo, y conforme ves cómo pasa el tiempo, las
cosas se complican, el dinero empieza a disminuir, la corrupción y
la codicia no perdona ni a los amigos, y la injusticia se impone
cuando debería reinar al menos cierta paz... ocurre lo más trágico.
No se puede contar, claro, pero el autor nos regala unas líneas al
terminar el relato que nos dejarán boquiabiertos.
No pensaba yo que "El alma de los peces"
fuera a gustarme... y es curioso, porque al final me ha encantado,
así que la predisposición con la que empecé la novela no supuso un
impedimento para dejarme llevar y permitir que me sedujera. Son
tres los austríacos que me llegan a la cabeza cuando pienso en
Austria: Erik Hanusen, Hitler y el monstruo de Amstetten (Josef
Fritzl, que mantuvo secuestrada a su hija durante años en un sótano
teniendo hijos con ella). Cuando Gómez Rufo hablaba del pueblo
de nuestro protagonista y de lo distinto que era su carácter del de
los demás (más soñador, más iluso, tan vago también...) no dejaba
de venirme a la mente la imagen de Hitler, y conforme avanzaba el
tiempo y veía esa frialdad tan "natural" era Fritzl el que venía
ante mí. Con este par de personajes y un Bruno Weiss cada vez más
egoísta, egocéntrico y psicópata (sin empatía por el dolor ajeno)
más claro tenía que Gómez Rufo había calcado a lo peorcito de la
sociedad austríaca más decadente. Da igual que lo ambientara en el
s. XIX o el s. XX, aunque el diecinueve le daba mucho juego, sin
duda. El personaje de la chica que siempre espera junto a la
ventana me provocaba curiosidad, pero al parecer más curiosidad
tenía ella por Bruno Weiss, de ahí que ese final no acabara de
sorprenderme sobremanera aunque sí la reacción de ella. Y ni ella
estaba preparada para el desenlace, ni lo estaba yo, aunque
sospechara... Sin duda, cuanto más avanza la lectura, más inquietud
provoca la historia y el personaje. Una historia de emociones
fuertes en contraposición con la falta de emoción del personaje de
Bruno Weiss, tan limitadas por sus metas y ansias, reducidas apenas
a la posesión.
La última, "Adiós a los hombres", es como
una introspección personal, la de un hombre (Juan) que descubre su
cobardía y sus dependencias, un ser egoísta que, sin embargo, es
capaz de pasarlo mal si hace llorar a una mujer, un tipo que se
obsesiona con la imagen de un cuadro de Francis Bacon hasta el
punto de convertirlo en otro protagonista de la historia. La
historia corre con otro ritmo, es más actual y más fácil reconocer
en el drama el mismo que viven otras parejas: la del hombre casado,
con joven amante solícita. Tarda un poco en dar un golpe de efecto
a pesar de que prácticamente empieza con una pregunta impactante. A
lo largo de la novela te preguntas si eso volverá a repetirse, y
sí, ocurre, de ahí que la inquietud asome de vez en cuando. Pero
luego sucede algo inesperado y ahí asoma de nuevo la maestría de Gómez
Rufo para sorprender, convirtiendo un texto sin altibajos
en otro con momentos inquietantes que son los que le dan fuerza a
una historia lenta en apariencia previsible. En "apariencia".
Pero también es la historia de su mujer (Claudia), y de otras
mujeres, la de la amante (Laura), o la de esa desconocida (Consuelo
Balaguer) que de vez en cuando aparece en el relato, de sus
carácteres, de sus planes... Y en cada plan concebido por ellas
está él, un hombre manipulado, quizás castigado por no ser
hombre.
Es interesante leerse las introducciones que han realizado de sus
novelas, así que si tenéis planes de lectura "El manantial de
los silencios" da para bastantes días de entretenimiento y
reflexión, y conoceréis -quien no lo conozca aún- a un autor
premiado con el Fernando Lara 2006 y el Ducal de Loeches que fue
también finalista del Premio Nacional de Narrativa (El alma de
los peces).
Anika Lillo
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Comentario de los lectores:
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