El libro de Monelle (ilustrado)

Opinión:

Estremecedor canto al dolor que tras un siglo de su publicación sigue estremeciendo, así se podría definir en pocas palabras "El libro de Monelle". Obra basada en hechos reales que nos narra la desesperación del autor ante la muerte de Louise, rebautizada como Monelle en la historia, una prostituta infantil de la que se enamoró.

El libro comienza con un poema de Leopoldo María Panero, auténtica oda sobre la pérdida del amor y su búsqueda desesperada, y un prólogo propiamente dicho de Natalia Zarco que nos da la pista de lo que nos vamos a encontrar en las páginas que se avecinan.

La obra está dividida en tres partes:

-        Lo que dice Monelle, en el que se nos narra todo aquello que el autor aprendió de la prostituta. Es una parte dotada de una prosa poética conmovedora, en la que sobrevuela un nihilismo asolador y una atormentada idea del eterno retorno, ya que Monelle avisa a su amado de que la perderá para volver a encontrarla y, de nuevo, escaparse entre sus dedos. En este momento la protagonista se transforma en todas y cada una de las prostitutas infantiles que no han tenido (ni por desgracia tendrán) voz. Monelle se encarga de ser todas y ninguna a la vez, de comunicar su necesidad de ser comprendidas y amadas más allá de unas caricias a cambio de un puñado de monedas. Impresiona la manera en que Schwob se mete en la piel de todas esas pobres desgraciadas, transmitiendo su dolor de una manera tan demoledora que traspasa el alma.

-        Las Hermanas de Monelle, muestrario de cuentos cortos con las pobres niñas como protagonistas. Aquí el autor nos regala toda una galería de personajes tiernos y crueles, tristes y alegres, valientes y cobardes…todo al mismo tiempo y totalmente bañado con una pátina de desgracia, añoranza y aceptación ante lo que son y ante el destino que les aguarda. Un halo de melancolía cubre todas estas piezas sin que el lector encuentre un atisbo de esperanza, Marcel tampoco lo encuentra y es su manera de decírnoslo.

-        Monelle, donde se nos cuenta cómo y cuándo se conocieron Marcel y la chiquilla. De una tristeza y ternura extremas, se nos muestra con enorme congoja la vida que le ha tocado vivir, como si de la cerillera del cuento se tratara pero con un final aún más trágico. En este momento la miseria, el destino y la fatalidad se convierten en poesía, como esas pequeñas lamparitas que la desdichada vende, que simbolizan la vida tan efímera que Monelle tuvo. Es el tiempo del encuentro y la despedida, de la esperanza de renacer en El Reino Blanco en el que todo será mejor y ella podrá vivir para siempre, aunque para ello antes tenga que ser olvidada sin remedio.
 
"El libro de Monelle" viene salpicado por unas bellísimas ilustraciones a cargo de Laura López que refuerzan el dramatismo y patetismo que las palabras no pueden alcanzar. Se nos muestra a Monelle aunque muchas veces no es ella, sutiles variaciones la transforman en tantas otras anónimas que también merecen ser recordadas. Dibujos casi entre tinieblas que centran la atención en ellas, las que están condenadas sin remedio y, pese a todo, se esfuerzan en poner una sonrisa en el rostro de quien se les acerca aunque, en ocasiones, sólo sea para hacerles daño; realmente son unas láminas excepcionales.
 
La triste historia que nos narra Marcel Schwob es una de las mejores prosas poéticas que se han escrito en el último siglo, de una empatía tan grande que resulta increíble que esas palabras no hayan salido de la boca de Louise/Monelle, un grito desgarrador ante la pérdida del ser amado que provoca un vacío tal que la oscuridad se queda pequeña. "El libro de Monelle" es una auténtica joya, frágil pero con la dureza de un diamante.
 
Patricia Rubiera