El libro de las emociones para niños y niñas. Los cuentos del hada Menta

Opinión:

Si en "El libro de los sentimientos para niños" Jesús Ballaz y Marta Montañá nos ofrecían 40 cuentos a través de los que los niños pudieran identificar sentimientos y a gestionarlos de la manera más sana posible, en este nuevo "El libro de las emociones para niños y niñas. Los cuentos del hada Menta", Gemma Lienas, a la palabra, y Sigrid Martínez, a la ilustración, continúan la senda de la educación emocional de los más pequeños al tiempo que ofrecen a los padres rutas, pautas, consejos o ideas para ayudar a los niños a gestionar sus emociones.

Así, los 28 cuentos que conforman este libro exploran emociones como la vergüenza, la ansiedad, el fracaso, el miedo, la empatía, la ira, la tristeza del duelo o la mala gestión de las críticas negativas a través de relatos bien construidos, directos, atractivos para el niño y, sobre todo, eficientes en cuanto a su finalidad. A ello contribuye tanto la pluma certera de Lienas como las ilustraciones de Martínez, sencillas en su planteamiento pero llenas de matices y colores.

Además del manejo de las emociones propias, los cuentos protagonizados por el hada Menta también muestran a los niños cómo mejorar la convivencia con los demás a través de conceptos como la empatía, la igualdad de género, la multiculturalidad o el respeto a los demás. Pero no solo eso, las autoras también ponen el dedo en la llaga (de una manera muy sensible y asequible para los niños pero sin ocultar el dolor que puede llegar a causar) explorando temas como el acoso sexual, el bullying, el duelo tras el fallecimiento de alguien querido o la identidad sexual y el machismo generalizado en la sociedad.

El problema de los cuentos con una clara finalidad práctica o ideológica (como es el caso) es que, muchas veces, se quedan en el mensaje y no cuidan la forma o el estilo. Y nada de eso ocurre en este libro: claramente, los cuentos tienen una intención manifiesta pero, más allá del mensaje o de la utilidad, los relatos aquí incluidos se sostienen por sí mismos y serán del gusto de los más pequeños. Además, fácilmente pueden dar pie a hablar con ellos de los temas expuestos, por lo que también nos servirán para iniciar en ellos la capacidad de ser críticos con lo que leemos (o nos cuentan) y con la realidad que nos rodea.

Para ayudar a enfocar mejor la cuestión tratada, todos los cuentos de este volumen tienen su título pero también un subtítulo que identifica claramente la emoción o el concepto que se trata en él. De este modo, los padres o educadores o quienes acompañen al niño en la lectura o narración de estos relatos podrán trabajar de una manera más óptima los temas tratados.

Así pues, una buena colección de cuentos para que los niños vayan aprendiendo a gestionar sus emociones y a convivir en armonía con los demás al tiempo que ofrece a los padres o educadores unas pautas útiles para ayudar a los más pequeños en su educación emocional.

Lidia Casado