El libro de actividades feminista

Opinión:

El feminismo está de moda. Los televisores (o mejor dicho, los ordenadores) están llenos de personajes femeninos fuertes; figuras de lo más diversas gritan a viva voz (o por lo menos, al volumen que Twitter les permite) que son feministas; y la mujer tiene que estar a gusto con su cuerpo sin que le importen los cánones anoréxicos que impone una sociedad cada vez más gorda.

El movimiento feminista va mucho más allá de estas premisas, es cierto. Sin embargo, al igual que con el resto de las modas, las empresas quieren lucrarse de todo aquello que aumente las ventas. Obviamente sin llamar al activismo, solo aparentándolo: las marcas de maquillaje ya no sacan productos para tranformar a las jóvenes según el ideal de belleza, sino que venden herramientas para que las mujeres brillen y consigan la confianza suficiente con su físico para ser capaces de comerse el mundo.

La industria editorial no se queda corta. Desde el famoso "No soy ese tipo de chica", de Lena Dunham, páginas y páginas de idearios feministas y pseudofeministas han inundado el mercado americano y han cruzado el charco hasta llegar a nuestras librerías. Ese es el caso de Gemma Correll.

Correll escribe "El libro de actividades feminista", un compendio humorístico de pasatiempos y gráficos que pretende servir de toma de conciencia de un feminismo interseccional, es decir, que no solo busca la igualdad económica y sociopolítica entre hombres y mujeres, sino que se centra además en darle voz a las minorías.

"El libro de actividades feminista" llega al mercado español con conceptos e ideas no tan extendidas en España, o de las que se tiene una visión distinta a la americana. La identidad de género, por ejemplo, cuestión por la que existe una gran defensa en Estados Unidos, se presenta como una realidad no binaria, como algo fluido que no se divide únicamente entre hombre y mujer.

Correll no trae un libro que cambie la vida, pero es un texto gracioso, con un tono a veces autoparódico, que puede servir como introductor de conceptos o autoras feministas, y que tiene ilustraciones tan impactantes como un gato con una copa menstrual a modo de sombrero.

Rosana Fornieles