El lenguaje de las mareas

Opinión:

La nueva novela de Salvador Gutiérrez Solís recupera los protagonistas de la anterior, "Los amantes anónimos", en una historia que conserva los tics de aquella, que resultarán muy familiares para quienes la leyeron, en un escenario acotado en la zona de Ayamonte, en Huelva.

Esta vez no me venía de nuevas el estilo del autor, así que me he dedicado a leer, picoteando en los hechos narrados y sin esperar mucho más de una trama tan enredada como los mismos cañizos marismeños de la novela, que guardan sus secretos en unos rincones fuera de la vista de cualquier forastero y también de la mayoría de vecinos del lugar.

Así mucho mejor, porque Carmen Puerto sigue encerrada en su vivienda, con su particular misantropía y su carácter endiablado, mientras discute y se pelea con sus compañeros que la soportan mientras hacen la investigación sobre el terreno. O sea, nada de nuevo.

Como ocurre igualmente con una trama que empieza con dos desapariciones y acaba con media docena aproximada de cadáveres en diversas situaciones y épocas. Alguno si pertenece al hilo principal, el resto son unos flecos que hacen muy buen adorno.

También hay bastante juego entre bambalinas, que entre unos que no son de fiar y otros que esconden secretos y alguna miseria, hay momentos en que parece que fuese a estallar todo junto; pero no, unas cosas van por un lado y otras se quedan donde sea.

Ahora bien, "El lenguaje de las mareas", sobre todo para los seguidores del autor, sí que me ha parecido una novela entretenida, ya que consigue mantener la atención del lector hasta el final, aunque sea con algunas engañifas, como los mismos programas de telerrealidad que critica ferozmente, que finaliza la emisión y piensas que te has perdido algo.

Selin