El lago rosa

Opinión:

Anika Lillo 

Illy Nes se ha superado, conozco todos sus libros y para mí el mejor era el ensayo "Hijas de Adán", sin embargo "El lago rosa" es novela y es ahí donde yo soy más crítica, cosa que sé que le asusta a la autora. Pero está aprobada.

La novela está mejor escrita que las anteriores, el marco donde la ha situado es mucho más atractivo, la ambientación e información que da es más interesante (de hecho yo he encontrado en google el famoso lago rosa de Senegal y he flipado, con portadoras de sal incluidas, y viéndolas me daba cuenta que estaba mirando lo mismo que visualizaba durante la lectura del libro)

He reconocido, eso sí, los caracteres de sus personajes, con arranques de rabia, frustración, dudas… lo distinto está en el marco y ambiente en que los sugiere, le da un vuelco y salva las distancias con "Morbo" o "Ámame".

En "El lago rosa" hay un fallo, y no lo comete Illy Nes, sino la editorial, y es que cuenta "demasiado" en la contraportada. Normalmente hay que guardarse algún secreto a menos que de la novela lo que interese sea una prosa excepcional con la que deleitarse -pasando la novela prácticamente a un segundo plano hasta que la acabas- (tipo Benedetti, pero Benedetti, amigos, solo hay uno), y en esta contraportada te sueltan un detalle que leyendo la novela sólo descubres al final, justo cuando está terminando, y eso es un fastidio. Tomen nota señores de las editoriales… ¡no lo cuenten todo!

Illy, te has superado, sigue así. Mua!

Anika Lillo

Sinto Petit

Lo he leído en unas dos horas, aproximadamente. Es ameno y me ha gustado. Quisiera decirte que, atendiendo uno de los pensamientos de Susana, sobre cuando llega el amor, que yo personalmente creo que no se puede amar a una sola persona, se ama a todo el mundo, o no se ama, el detenerse en amar a un sólo ser, o cosa, para mí, significa un deseo brutal de protección y de seguridad, por eso, a veces, confundimos el placer sexual con amor, al faltarnos la seguridad de la pareja habitual, buscamos suplir esa "mancança" con otras cosas o personas. Para mí el AMOR es un sentimiento global donde (y quizás egoístamente) la armonía entre las cosas y los animales es total. Otra cosa es que dediquemos un tiempo y un espacio a una persona, o a una cosa, que nos es más afín que otra, por lo cual podemos vivir más pausadamente y, a la vez, más intensamente cada segundo de nuestras vidas, y como que, para mí lo absoluto no existe, nada tiene por qué ser absolutamente eterno, se puede variar sin necesidad de rupturas.

Soy de los que creen que todo está interaccionado con todo, por lo tanto, el hecho de aislar un sentimiento global y dedicarlo a un sólo apartado (animal o cosa) es crear una gran contradicción a nuestro alrededor, cosa que produce, en nosotros, esta gran negatividad y descoordinación que nos lleva a los múltiples errores, decaimientos, depresiones, disputas, agresividad etc etc etc . Si todo está interaccionado con todo, la armonía debe ser total, de manera que si pensamos en actos individuales, estamos rompiendo esta armonía, y las roturas antinaturales crean grandes luchas para volver a lo natural. Nos han enseñado a confundir sexo y placer con AMOR. Nada tiene que ver el placer en si mismo, con el amor, hay placeres que pueden matarte, por lo tanto no genera ni es generado por el amor. El sexo es uno de los generadores de placer, que, al mismo tiempo, puede producir un placer proveniente de la armonía del amor, por lo que nadie debería extrañarse de que una relación sexual no tenga "sexo", nadie debería extrañarse de que dos seres humanos, sean acabados, o no, con la misma forma física, tengan una relación de placer que provenga de la excitación de las partes reproductoras. Y no sólo no debería extrañarse nadie de tal acto, sino, que si este acto es la culminación de un gran instante de comunicación y afinidad, el placer no es un simple y mundano placer, es un acto de amor que crea una gran armonía en nuestras células, y, por lo tanto, nos da más garantías de vivir más sanos, en definitiva: todo@s deberíamos alegrarnos de que esto suceda .

Creo que te estoy pegando una gran paliza. (Paliza = parida mental de la mañana del 27/04/2004, ¿será por la virgen de Montserrat?) Muchas felicidades por tu exposición del antiespañolismo folclórico, por tu reivindicación del amor, del placer y de la libertad, por recordarnos que casi nadie hace algo por nada, por desmitificar a las voluptuosas deidades, por ofrecernos tu tiempo, por ser como eres.



Elena Orión

"El lago rosa" no es uno de esos libros que narran una historia y en cuanto cierras la novela, vuelves al mundo real, sin más, sino que te hace partícipe de las emociones entre los dos personajes, Susana y Amira, de ese deseo al seducirse, de esa excitación cada vez que se rozan, de esa frustración cuando parece que la relación termina..., y, por supuesto, del intenso amor que se dedican las protagonistas.

Sientes como si retrocedieras en el tiempo y volvieras a reencontrarte con el amor de tu vida, sientes ese flechazo, esa sensación en tu interior de ansiar a esa persona aunque la sociedad lo tache de impuro, ese deseo que tu cuerpo al mínimo gesto de la persona amada, ese vacío cuando alguna frase o palabra destroza esa complicidad y sientes ese detestable vacío -creo que quien se haya enamorado alguna vez lo comprenderá- cuando te planteas el temor de perderla para siempre.

No sólo te sitúa emocionalmente, sino que te ubicas en la geografía de Senegal, en sus paisajes, en sus costumbres, en su modo de vida, en sus ritos..., ¡¡es maravilloso poder asomarse por la ventana del mundo y descubrir otras culturas!!

Además es una novela reivindicativa, con afán de cambio y de denuncia contra la situación marginal de la mujer, ¡¡y del Tercer Mundo!! Es un basta ya a la intolerancia, a la crueldad y a la maldad del ser humano.

Después de leerlo, reflexionas y vuelves a darte cuenta, una vez más, que hay que vivir la vida a cada instante, que hay que eliminar todas las injusticias de este planeta y luchar cada día por lograr un mundo mejor.

Y por si eso fuera poco, encima los beneficios del libro van a parar a los niños del Tíbet. ¿Qué más le puedes pedir a una novela? Sin duda es una auténtica OBRA MAESTRA.