El juego del ángel
Título: El juego del ángel
Título Original: (El juego del ángel, 2008)
Autor: Carlos Ruiz Zafón
Editorial:
Planeta
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos
Copyright:
© Dragonworks, S. L., 2008
© Editorial Planeta, S. A., 2008
ISBN: 9788408081180
Tapa: Dura
Etiquetas: romance misterio literatura española novela intriga novela sentimental amor
Nº de páginas: 667
Argumento:
David Martín quiere ser escritor y bajo la tutela de don Pedro
Vidal consigue apartarse de la esclava vida a la que parece estar
destinado por un error del destino, sin embargo una maldición
parece estar abocada a perseguirle… Un misterioso personaje llamado
Andreas Corelli le ofrece una gran oportunidad que si bien
argumentalmente no le parece atractiva, el dinero que ganará con
ella (y otra promesa más impresionante) lo es tanto como para
vender su alma.
Opinión:
Existe una famosa leyenda urbana con distintas versiones en la
que un hombre conoce a una mujer, va a su casa por la noche con
ella, observa una casa lujosa de rica decoración, y cuando al día
siguiente vuelve para verla, se encuentra aquel lugar lleno de
polvo reposado durante años, viejos muebles tapados con sábanas y
la certeza de que hace ya mucho tiempo que allí no vive nadie.
Según un libro que leí hace mucho, esto le ocurrió -en este caso
exactamente así- a un joven valenciano en el casco antiguo de
Valencia. Su caso, tan popular, tenía visos de verdad pues el
hombre vivió para contarlo y su historia fue recogida como una de
las experiencias sobrenaturales con testimonios que finalmente se
narró en este libro donde se contaban las historias más extrañas
(de las cuales desmentían las falsas e informaban sobre las más
fiables). El caso es que leyendo el inicio de "El juego del ángel" me
encuentro con una nueva versión de esta historia a la que se suma
un argumento literario típico de novela de terror (la del ser de
ficción que ya utilizó Stephen King en su novela "La mitad
oscura", donde el pseudónimo de un escritor cobraba vida para
vengarse de éste por prescindir de él). Con estas premisas comienza
la novela de Carlos Ruiz Zafón, un misterio que
envuelve al protagonista, David
Martín, y que provoca en el lector el deseo de conocer el
desenlace de tan enigmática experiencia.
Y para los amantes de "La sombra del viento", poco
después de pasar las primeras cincuenta páginas, Ruiz Zafón nos
lleva de la mano de otra tierna historia de amor a los libros hasta
Sempere, y nos dirige a aquel
lugar ya mítico donde los libros no pueden ser dañados: el Cementerio de los Libros
Olvidados.
Así que, visto lo visto ¿cómo no va a engancharnos esta historia
que promete lo que ya hizo en su día el anterior libro para adultos
del autor?
Hay un tipo de frases que no me gustan ni en conversaciones, ni en
narraciones, ni en ninguna otra parte que no sea de boca de quien
las hizo populares, en este caso el actor José Luis Gil en su papel
de administrador de la finca en la serie "Aquí no hay quien
viva" que dice así: "en esta nuestra comunidad". La
frase acaba siendo tipo y cuando la oyes, tal cual o cambiando
"comunidad" por otra palabra, sigue apareciendo la cara de Gil y su
tono peculiar al decirlo. Cuando he leído en "El juego del ángel" las
palabras "aquellas mis nuevas ventanas", la fuerza de su
prosa se ha ido al carajo, ha dejado de ser limpia y se ha
convertido casi en un chiste. Sólo agradezco que no lo haya usado
más de una vez. En su favor, decir que es más que posible que Ruiz
Zafón ni conozca la serie habida cuenta que vive en los
Estados Unidos.
Debo reconocer que plasma muy bien al escritor cuyo pseudónimo es
más famoso que el propio autor, y los sentimientos que ello
acarrea, así como la forma mercantil de acceder a no ser nadie y
dejarse explotar a cambio de poder publicar, el sueño de todo
escritor: publicar para ser leído. Y lo que conlleva es la
explotación más dura, el trabajo más agobiante en el que ni se
descansa ni se tiene tiempo para ir al médico, y ese pandemia
nacional que se sufre cuando alguien tiene un nombre (aunque sea
falso), la envidia del español en general y la del escritor
frustrado en particular.
En los personajes de Barrido
y Escobar se ve claramente el
mangoneo usurero que se llevaban algunos editores que se dedicaban
a explotar a los escritores. Hoy, en pleno siglo XXI, aún queda
algo de eso. Sólo hay que escuchar a los autores que han publicado
con algunas editoriales.
Pedro Vidal, a pesar de ser
un hombre con pasado conocido, se presenta como un custodiador, un
ángel guardián que casi parece no humano. Es tan bueno que apenas
es creíble. Y no deja de ser sospechoso de esconder algún secreto
que -obviamente- Ruiz Zafón descubrirá a su
debido momento. A esto estamos acostumbrados, y el personaje me ha
podido gustar más o menos, pero tanta bondad siempre es sospechosa
¿o no?
Existe, cómo no, una historia de amor imposible. Y como ya hizo
también en otras de sus novelas, Ruiz Zafón incluye uno de los
sentimientos más poderosos en el ser humano, más que el amor: la
ternura. La ternura puede llevar al amor, pero también estancar una
relación.
Una curiosidad que describe a la Barcelona de la época es el
nacimiento de la librería Catalonia. En ese ambiente se mueve David
Martín, el escritor que siente que debe todo a Pedro Vidal, su
ángel guardián.
David alquila una vieja casa señorial que recuerda, cuando la
visita, con todos aquellos utensilios aún dispuestos bajo una capa
enorme de polvo, abandonados con prisa (como un plato con fruta en
una mesa puesta) al rápido abandono del 112 Ocean Avenue de
Amityville relatado en "El horror vuelve a Amityville" por
Jay Anson (más tarde reexplicado y ampliado por Carlos Cala en
"Aquella casa maldita de Amityville"). Como en "La
sombra del viento", el autor recupera la casa señorial como
parte protagonista de la historia (aunque en este caso, como ya
pasó en "La sombra del viento" con nuestra obsesión por
ver imágenes del 32 de la Avenida del Tibidabo, la curiosidad se
distribuye en la casa de la torre de David en Flassaders 30, la
mansión Villa Helius de Pedro Vidal, y la casa frente al Park Güell
de Andreas Corelli), una casa
con misterio, pasado, fantasmas quizá… una casa donde hay una
máquina de escribir.
Esta máquina de escribir no puede dejar de recordarme a otra obra,
en esta ocasión de Stephen King y bajo el título bien conocido de
"El resplandor". Claro que ¿no está ya todo inventado? Por
ello lo que tiene importancia en este caso es cómo se cuenta la
historia (de eso sabemos mucho en el Proyecto Versiones).
Y siento decirlo pero aquí no se acaban las coincidencias
literarias… El recurso del ser misterioso que contrata a un
escritor para que le escriba un libro extraño lo hemos visto
recientemente en el Premio Minotauro 2007, "El libro de
Nobac", de Federico Fernández Giordano, y en "Huérfanos
del mal" de D'Estienne D'Orves. Eso sí, cada uno -incluido
Ruiz Zafón- utiliza este método para contar una historia distinta
(menos mal que aquí acaban las coincidencias) Mientras que en
"El libro de Nobac" descubrimos una historia moderna del
Frankenstein donde el dios creador se confunde con el ser humano, y
en "Huérfanos del mal" se destapa la historia no oficial
de las Casas de Maternidad del nazimo ampliadas a un proyecto para
conseguir lo que quería Hitler, una raza perfecta, y ambos lo hacen
con una mezcla grande de fantasía y pizcas de ciencia-ficción que
también Ruiz
Zafón utiliza. Pero en su caso es la escritura relatada de
un nuevo dogma la que hará que David venda su alma. Todo esto,
obviamente, no es más que una excusa para desarrollar la historia
de "El juego del
ángel".
Ruiz
Zafón se vale también de ciertos elementos que ya le
fueron útiles en sus anteriores novelas, y desde luego esos
momentos o elementos evocan a estas. Tal es el caso, por ejemplo,
de la mano artificial (y todo lo que viene después) que trae a la
memoria rápidamente a "Marina" -del mismo autor-,
o el tren noctuno que aparece apenas unos segundos y que sin
embargo a mí, como lectora, me lleva rápidamente a "El palacio de la
medianoche".
Ruiz Zafón, que es muy dado al culebrón (ése que aunque no
queramos nos gusta porque nos engancha o nos enreda, o quizás nos
emociona) lo hace esta vez de forma más sutil, y justo cuando se
produce el descubrimiento, se produce otra cosa: la ruptura entre
David Martín y las personas
que más le importan.
Entre varias decepciones de personajes malévolos, el de Sempere es
un aliciente, un suspiro, una alegría necesaria tanto para el
lector como para David Martín. Creo que sus conversaciones y su
relación es lo que más me ha gustado de esta novela, más aún que la
trama en sí.
En cuanto a David Martín, éste es uno de esos tipos a los que la
vida maltrata y él reacciona con un gran sentido del humor pero
volcado en el sarcasmo más absoluto. Es agradable, divertido ver
sus salidas en ciertas conversaciones, ya sea con Sempere, con
Pedro Vidal o con la policía.
Y hablando de persona/jes importantes en su vida, he de reconocer
que el momento en que éste se acerca a su madre con un regalo,
resulta desolador, claro que este incidente da pie a su entrada en
el Cementerio de los Libros Olvidados donde un nuevo apellido nos
trae viejos recuerdos: Monfort, Isaac
Monfort.
Pero de entre todos los personajes al menos hay otro que tiene
todo lo necesario para tener su propio libro: Isabella Gispert. Llega justo en el
momento apropiado a su vida y aguanta el sarcasmo más enconado del
que David Martín es capaz, pero para cabezotas, la propia Isabella.
Para mí, Isabella es mucho más importante en el libro que la propia
Cristina. Curiosamente David
Martín se comporta como el mismísimo Dr. House con
Cameron (House). Calcadito. Y ella, como
Cameron, aprende rápido a ser sarcástica con él. Las
similitudes son tan obvias que juraría que esta serie sí la ve el
autor.
El personaje de Andreas
Corelli, que se presume misterioso desde el principio, cobra
especial relevancia cuando un librero se informa sobre este tipo en
París. A partir de este punto, en el que David ya está trabajando
para él, te vuelve a la memoria aquello de "este libro es
odiosamente adictivo". Y es también en este momento cuando sus
vicios narrativos, su trama enrevesada, evoca más al estilo de
"La sombra del viento".
Me gustaría destacar la habilidad de Ruiz Zafón para elaborar sueños.
Aquel en particular que tiene David en la casa que tiene Andreas
Corelli, contiene los elementos justos sacados de la realidad que
le preocupan a Martín, mezclados con la fantasía propia del mundo
onírico. No sé cuántos lectores se habrán fijado en él pero yo lo
viví como uno de los mejores y más elaborados momentos de la
novela.
Barcelona vuelve a ser parte protagonista de la novela, detalle
éste que encantará especialmente a los catalanes y a quienes vivan
en Barcelona, no así al resto de España que no conozca la ciudad.
Además, no es sino una forma de nombrar lugares sin pararse a
describirlos para hacerlos nuestros. En este sentido se percibe que
esto no es lo suyo.
Resumiendo, la promesa de una resurrección embarca a dos hombres
con un tiempo de diferencia que no es suficiente como para no poder
tirar del hilo e indagar quién está detrás de tal extraña
proposición que les une a ambos. Eso sí, buena dosis de fantasía
que hace imposible la historia, como le gusta al autor y, también,
a nosotros. Lo mismo podría decirse del inesperado desenlace con
Cristina, lo que nos recuerda lo mucho que le gusta el drama a Ruiz
Zafón.
Como en otras ocasiones, una historia que se repite en el tiempo,
dos tramas tan idénticas que para el protagonista es imposible no
sentir miedo e inseguridad, y la claridad de saber que si no rompe
la maldición su final será el mismo que el de su antecesor (algo
así como "Ringu" pero sin cinta de vídeo)
Creo que "El juego del
ángel" está más o menos a la altura del anterior libro
pero no provoca ya en el lector que conoce su obra la misma
sorpresa y entusiasmo que consiguió con "La sombra del
viento".
Una anécdota final: El personaje de Sempere y yo estábamos leyendo
el mismo libro (yo leo varios a la vez), "Manuscrito encontrado
en Zaragoza", de Jan Potocki.
Anika
Lillo
Fermina Daza
Lo acabé dos días después de su publicación, y es inevitable
compararlo con "La sombra...". Con ello no quiero decir que no sea
apasionante, que tenga una narrativa estupenda y a mi entender éste
tenga una mejor prosa.
La novela se divide en 4 partes, la primera es magistral, pero
conforme avanza el hilo argumental, que es muy complejo y adictivo,
la calidad va menguando (¡¡siendo buena, eh!!).
Demasiado autoplagio del autor, no por ello menos interesante,
pero claro al haber leído "La sombra del viento" no sorprende
tanto.
La clave, para mí, está en la carta escrita por la gran amiga del
protagonista y en el epílogo. ¿Es una novela fantástica? o ¿son las
narraciones de un personaje que sufre alucinaciones?
Hay pasajes formidables y el fuego como purificación, el agua, la
niebla y la Barcelona Gótica siguen siendo protagonistas.
Además, la novela incluye más diálogos, más personajes, más clave
de humor e ironía, una historia de amor más protagonista, crímenes,
el amor por los libros, el alma de ellos en El Cementerio de los
libros olvidados y en ella nace el protagonista de la primera
novela de la tetralogía: Daniel Sempere.
Muy recomendable, pero sólo es la sombra de la estupenda "La
sombra del viento".
Pilar Gil
Glauka
Considero que "La sombra del viento" es una obra maestra, pero "El
juego del ángel" queda muy atrás en mi valoración. Ruiz Zafón ha
intentando conseguir otra vez el éxito con una novela parecida y
creo que ha fracasado. Desde el argumento, que me ha parecido un
poco enrevesado, hasta los personajes, que no tienen aquel carisma
que tenían en su primera novela.
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