El juego

Opinión:

Domenico Starnone es un autor italiano del que la editorial Lumen ha publicado su novela "El juego",  una deliciosa historia que tiene como protagonistas a un abuelo y su nieto.

Danielle Mallarico vive en Milán, donde trabaja como ilustrador. Es viudo y está convaleciente. Su hija Betta y su familia heredaron el piso que tenía en Nápoles. Como sucede muchas veces, Betta le pide un favor a su padre: que cuide de su hijo Mario mientras ella y su marido están en Canadá en un congreso. Es verdad que a Danielle no le hace mucha gracia, ya que está acostumbrado a vivir solo y ser independiente, cuidar a un niño pequeño no es lo suyo. Pero acepta.

Lo mejor de la historia es la relación abuelo-nieto. Mario es un torbellino y no para de pinchar a su abuelo. Para Danielle, regresar a Nápoles significa volver a recordar un tiempo pasado donde fue feliz con su esposa. Tiempo que no ha podido eliminar el miedo que siempre le ha dado el balcón que hay en el piso. Siempre ha temido que se cayese.

"El juego" es una delicia. Al girar la historia en torno a la relación entre un abuelo y su nieto puede recordarnos un poco a la novela de José Luis Sampedro, "La sonrisa etrusca" (que también transcurre en Italia), pero cada una tiene su propia personalidad.

En la novela de Domenico Starnone son claves los dos protagonistas. El personaje del abuelo es muy bueno. Destaca en él su carácter, un poco cascarrabias a veces, pero volcado con su nieto. Es un personaje entrañable, pero el que realmente se gana la simpatía del lector es Mario. Es un niño muy espabilado para su edad, 3 años, también es bastante travieso y siempre está pensando que trastada va a hacerle a su abuelo. No lo hace por maldad, la razón es otra que se descubre enseguida. Mario es una delicia de personaje.

Otra de las características de la novela es el propio estilo del autor. Es muy ágil, tiene una prosa elegante que va atrapando al lector y hace que se meta en la piel de los protagonistas. Está narrada en primera persona, por el abuelo, lo que da una sensación de mayor cercanía. Al final, se incluye un epílogo muy emotivo. La verdad es que ha sido una novela con la que he disfrutado. Te atrapa tanto, que sin darte cuenta la terminas casi en un abrir y cerrar de ojos. Me gusta mucho cómo escribe su autor, tiene la esencia de la novela realista italiana.

Por todo ello, os la recomiendo muchísimo. Es toda una joya, muy agradable de leer.  Es de esas historias que se agradecen porque te dejan con una sonrisa en los labios.

Ysabel M.