el joven lovecraft (cómic)
Título: el joven lovecraft (cómic)
Título Original: (el joven lovecraft)
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Editorial:
Diábolo
Copyright:
© Edición: Diábolo Ediciones, S. L.
© Texto, ilustraciones, diseño: José Oliver y Bartolo Torres.
Etiquetas: humor comedia personajes reales cameos viñetas
Argumento:
Tiras cómicas de un
jovencito Lovecraft al que le gusta
cambiar los finales de las historias clásicas para hacerlas a su
morboso o espeluznante gusto. Lovie (Lovecraft) es un crío
gótico casi por naturaleza y con cierta inclinación a invocar a los
demonios equivocados o más patosos. Lovie y su nueva amiga
Siouxie hacen las delicicias del lector junto al Ghoul,
los demonios Rammenoth y Myotragus, y los poetas
muertos
Baudelaire, Poe y
Rimbaud.
Estas tiras han ido publicándose en internet y el joven
Lovie tiene auténticos seguidores (con razón) pero gracias
a Diábolo Ediciones ahora podemos tenerla en un
álbum muy cuidado, cuyo contenido, además de las tiras, abarca las
versiones del joven Lovie de otros ilustradores como Dani Cruz,
Jaume Balaguer, Cels Piñol, Maria Picassó, Ryan Spencer, Francois
Launet, Félix Díaz, Rafael Macías, Laura Benzo, Guillem March,
Sagar Fornies, Roger Ibáñez, Víctor Ibáñez, Meritxell Ribas, Oriol
Hernández,
Sergio Bleda y Miki
Montlló.
Comprar El
Joven Lovecraft
Leer entrevista a José Oliver
& Bartolo Torres por El joven
Lovecraft
Opinión:
Maravilloso Lovie, maravillosos sus autores. Con un marcado
sentido del humor, José Oliver y Bartolo Torres
hacen que puedas llegar a sentir pena por el joven Lovecraft al tiempo que se te
desencaja la boca de reirte. Algunas burradas de sobresaliente,
muchas bromas, buena cantidad de guiños, ironías y ocurrencias
geniales… Jugar con Lovie ha debido ser de lo más divertido para
ambos, pues consiguen transmitir esa diversión al lector.
Estética siniestra, un estilo burtoniano, mínimos tonos de colores
pálidos (excepto el rojo, obvio) y alguno que otro fuerte en medio
del blanco y negro que resaltan la viñeta, y una expresividad fuera
de toda duda. Bartolo Torres ha conseguido que el
guión de José Oliver saque matrícula de
honor.
El encuentro entre el joven Lovecraft y Siouxie con Poe,
Baudelaire y
Rimbaud es espléndido: los
estragos de los vicios conocidos de los escritores ya muertos se
convierten en una escena de lucha de egos fantástica que se
compenetra estupendamente con la sorpresa de los niños. También
destacar que cuando son los poetas muertos quienes hablan, Bartolo
colorea los bocadillos en un tono distinto que los distingue de los
de los vivos. ¡Y qué decir de cómo invocan a Poe en su tumba!
Los conjuros de Lovecraft así como la inclusión
de sus seres monstruosos en su vocabulario particular (la comida,
por ejemplo) es un alarde de fantasía y parodia digna del mejor
sentido del humor. Lo mismo podría decirse de sus invocados:
patosos, divertidos, despistados… y si hablamos del Ghoul… para
morirse de risa o apartar la mano no sea que nos pegue un
bocado.
La pequeña Siouxie es un acierto increíble en la vida de Lovie:
con una estética parecida a las de las muñecas góticas Living
Dead Dolls más suavizada, Siouxie se comporta como una niña
inteligente, deseosa de emprender aventuras y, cómo no, se
convierte también en un temor más de Lovecraft que simboliza su
misoginia. Claro ejemplo de ello se produce en el sueño de Lovie
cuando se acercarn entusiasmados para besarle, y aquello más que un
sueño se convierte en pesadilla. Eso sí, Lovie, el incomprendido,
solitario y golpeado, encuentra en Siouxie a la horma de su zapato
pero con un empuje vital fuera de toda duda que influye en
Lovecraft para emprender nuevas aventuras.
No podemos olvidar tampoco las tiras de los clásicos
reconvertidos. José Oliver y Bartolo Torres toman
algunos clásicos como
Drácula,
La Isla del
Tesoro o
Hamlet entre
otros y antes de llegar a la última viñeta ya han aparecido alguno
de los monstruos del mundo imaginario de
Lovecraft que
cambia el rumbo rompiendo estrepitosamente la historia clásica para
mostrarnos los horrores de sus propias y futuras novelas.
Y una anécdota final: un día mi hijo de 10 años vio una película
que, aseguraba, no le daría miedo. Al llegar la noche no conseguía
dormir y no me dejaba cenar, así que se me ocurrió algo: dejarle un
cómic. De adultos. La primera vez fue el de "
La Abuela
Manuela" de Rafa P. Le dije que si debía
tener miedo a algo debería ser a la abuela Manuela porque
era una psicópata. Aquello funcionó dado que este cómic posee
muchísimo sentido del humor. Tras leerlo cada noche dejó de tener
miedo. Así pues, volvió a ocurrir lo mismo con otra película, y
esta vez se me ocurrió contarle la biografía de H. P.
Lovecraft y después dejarle "
El joven
Lovecraft". Aunque él no entendió en su
mayoría los guiños (tampoco conocía a los poetas muertos ni la obra
de Lovecraft) se divirtió lo suficiente como para perder el miedo y
reirse, sin embargo se produjo un momento en que casi no supe cómo
salir del paso… Los lectores de "
El joven
Lovecraft" sabrán reconocer la escena:
cuando Lovie invoca a Rammenoth, éste le cuenta que como la gente
puede invocarle por partes, había por allí una bruja que se había
quedado con un miembro suyo que… ¡Cómo explicarle eso a un niño de
10 años! Por suerte entendió casi sin explicaciones y dijo
¡Ajjj, qué asco!. Ya sabéis, algunas escenas no son aptas
para los críos… ellos prefieren sólo monstruos.
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