El intenso calor de la luna

Opinión:

Gioconda Belli es una de las escritoras más importantes y sensibles de América Latina y la más de su país natal: Nicaragua. Una escritora que no deja nunca indiferente al lector ya sea con sus novelas como con sus poesías porque, al igual que le ocurre también a la escritora chilena Marcela Serrano, sus novelas van más allá de ser historias de amor o personajes: son historias que calan profundamente en el lector y le hacen sentir y vibrar.

Personalmente, Gioconda Belli, es una de mis escritoras favoritas. He leído sus anteriores novelas y nunca me ha decepcionado, así que estaba muy segura de que esta nueva novela que ha editado Seix Barral iba a encantarme y así ha sido. "El intenso calor de la luna" es extraordinaria.

Para empezar es una historia en la que la protagonista absoluta es la mujer, tanto la madura, que está representada por el personaje de Emma, como la joven que tiene en Margarita su ejemplo. Mujeres, ambas, con la personalidad que impregna la autora a todos sus personajes femeninos. Al lector no le pasa desapercibido el carácter de Emma. Ella es, al mismo tiempo, un homenaje a la mujer madura, a la feminidad que se alcanza al llegar a esta etapa. Es un canto, y muy poético, a la menopausia. Lejos de dramatizarla, Emma hace ver que esta nueva etapa de la vida de las mujeres puede ser igual de especial o más que la juventud. Emma representa a una mujer madura y muy segura de sí misma que descubre en su menopausia que no está acabada ni muerta en el sentido más sexual de la palabra. Va a ser una mujer que va a vivir una relación muy intensa con Fernando quien le descubrirá y le hará ver que aún puede sentir mucho y dar mucho.

El personaje de Emma es vital. Curiosamente, se contrapone un poco al de Margarita quien pese a ser más joven tiene más prejuicios y no se abre tanto. Pero ambas son personajes que seducen, que muestran a la mujer de América latina. Gioconda Belli tiene una gran maestría a la hora de crear personajes, de hacerlos reales, vivos y para ello no necesita mucho diálogo. Le basta con su prosa. En la novela abundan los párrafos descriptivos sobre los diálogos. Párrafos en los es palpable el estilo narrativo de la autora. Un estilo fresco, poético, lleno de magia y de sensualidad, de erotismo. "El intenso calor de la luna" es una novela sexual y sensual al mismo tiempo.

Frente a los personajes femeninos están los masculinos con Fernando a la cabeza. Gioconda Belli lo muestra como un hombre pleno, lleno de fuego, seductor. Al igual que ocurre con los personajes femeninos los masculinos también tienen su punto, esa característica que los hace especiales. Son personajes con fuerte personalidad, el perfecto contrapunto a los femeninos.

Las novelas de Gioconda Belli no solo son pura poesía sino que, al mismo tiempo, son realistas. Leyendo "El intenso calor de la luna" asistimos también a un repaso de la historia reciente de Nicaragua, así se habla de los Sandinistas, de la Contra, de la Dictadura de Somoza algo que es normal y bueno. Esta coyuntura hace mucho más creíble la historia y la enriquece. Es una característica de todas las novelas de la autora y uno de sus puntos más fuertes. Gioconda Belli es una mujer luchadora y no lo oculta.

Como he comentado antes, la autora es nicaragüense y escribe como tal. El castellano que aparece en la novela es el que se habla en el país centroamericano. Se han respetado los términos y palabras típicas de allí lo cual me parece, también, altamente positivo y enriquecedor. Aporta, al mismo tiempo, mayor dulzura al texto y a la narración.

"El intenso calor de la luna" es una novela que nadie debería perderse, lo mismo que el resto de las novelas y poemas de la autora. No solo es una delicia sino que es pura magia, literatura y poesía. Todo un homenaje a la mujer y a la nueva etapa que se abre en sus vidas cuando llega la menopausia. Es, por ello, una forma de desdramatizarla, de hacerla ver y sentir como algo normal, como una etapa que abre nuevas experiencias. Es una novela llena de sentimientos y sensualidad. Intensa.

Ysabel M.