el infinito en la palma de la mano

Opinión:

Puede suceder cuando nos enfrentamos a una historia conocida que busquemos no la información de qué pasó sino cómo pasó y es lo que yo quería encontrar en esta novela y, de hecho, he encontrado.

De momento ha sido galardonada con el PREMIO BIBLIOTECA BREVE 2008 de Seix Barral, pero no me sorprendería que conforme pase el tiempo por ella, la autora tenga que buscar huecos en su agenda para recoger más galardones pues ha construido un bellísimo, elegante y mágico relato de cómo fue la vida de la primera pareja de humanos que pobló la Tierra. Gioconda Belli dota y construye un universo de sensaciones y sentimientos en Adán y Eva y en sus descendientes (Caín, Abel, Luluwa y Aklia, las dos parejas de gemelos que nacieron del vientre de Eva.)

Es fascinante ir al lado de la pareja, somos espectadores interactivos porque nos reconoceremos en ellos cuando van descubriéndose el uno al otro y cuando van explorando y conociendo el mundo que les rodea y que resulta hostil una vez Elokim -el Todopoderoso Creador- los expulsa del Paraíso, fruto de la curiosidad de Eva y el sucumbir de Adán al probar la fruta prohibida a instancias de su pareja.

La novela es un paseo antropológico de lo que fueron los orígenes del hombre según los textos bíblicos y la escritora, respetando esos textos, sabrá escribirnos a través de la magia lo no explicable, las consecuencias de ser dotados de los dones del conocimiento y el libre albedrío cuando se les expulsa del Paraíso. Tendrán que enfrentarse a la realidad de ser finitos, a lo éticamente correcto de determinados actos, como matar para sobrevivir.

Lo hermoso de la novela no es ver la evolución desde la perspectiva antropológica, que también lo es, sino la narración de la experiencia humana de la vida, de la sensaciones provocadas en ellos por los distintos avatares de su vida en el Planeta y que, al ser totalmente desconocidos, generaran las dudas propias por ello y la dificultad de tener que discernir y decidir. Aquí entra la figura de la Serpiente, habilidosamente introducida de forma transversal en la narración, y que a mí me representa más que al Demonio a un oráculo al cual se acercan Adán y Eva para orientarse y poder resolver enigmas.

Elokim, el Creador y, por lo tanto responsable del devenir de su existencia, no es perfecto tampoco, Gioconda lo dota de tintes humanos, de sentimientos, al menos intuiremos ciertas flaqueza en su "obra".

Gioconda Belli crea un texto tierno, alegre, optimista, sensible y dramático. Pocas veces un pasaje me ha hecho llorar tanto como el que narra el encuentro de Eva con el cuerpo sin vida de Abel, desgarrador, tierno, real. El drama de una madre que pierde a su hijo, a sus dos hijos... "me duele tanto ese hijo como éste", cuánta sensibilidad escribiendo porque es una delicia ir leyendo cómo descubren el deseo, el amor, el instinto de protección, de supervivencia, la soledad, la experiencia del embarazo, de la crianza de los hijos, la ternura, el dolor...

Usad vosotros, queridos lectores, los dones que nos otorgó Elokim, ya habéis hecho uso de ellos leyendo esta reseña (el ejercicio del libre albedrío), ejerced el segundo, el conocimiento, esta joya para disfrutar de una experiencia literaria mágica.

Fermina Daza