El hombre más feliz del mundo

Opinión:

Eddie Jaku es el nombre por el que Abraham Salomon Jakubowicz quiso ser conocido. La vida de este hombre no resultó ser tan sencilla como cabía de esperar de una familia que, antes de sentirse judía, tenía un fuerte sentimiento de pertenencia y orgullo alemán.

Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, la familia Jakubowicz comenzó a sospechar lo que podía suceder y tomaron medidas para intentar salvaguardarse, sin embargo, esto no los libró del violento y largo periplo sucedido durante la contienda.

Separar la vida de Eddie de su obra es prácticamente imposible, pues en su único libro "El hombre más feliz del mundo" realiza una breve descripción biográfica en donde realiza un repaso de los momentos más impactantes que tuvieron lugar en su extensa vida, especialmente en aquellos tiempos en los que se vio trasladado de un campo de concentración a otro, detenido en incontables ocasiones o asilado del resto de la sociedad por su condición.

Eddie, a una avanzada edad y después de mucha meditación, decidió que había llegado la hora de honrar a todos sus coetáneos que fueron víctimas del nazismo y dar a conocer al mundo la dura realidad que le tocó vivir con el fin de no dejar que esa parte de la historia de la humanidad caiga en el olvido. Por ello no solo se animó a escribir y publicar una novela, sino que hasta donde sus fuerzas le llegaron se dedicó a dar charlas y conferencias por institutos y centros educativos sobre la verdadera importancia que comporta la felicidad, dando a todos una lección de vida.

Por desgracia, Eddie murió a los 101 años en octubre del presente año, llevándose con él una historia digna de ser contada. Es por ello que recomiendo abiertamente buscar entrevistas realizadas al autor, especialmente su charla TED, en donde, con sus propias palabras y a modo de resumen nos narra las trágicas desventuras que acontecieron en su vida tal y como se encuentran plasmadas en su obra.

Como he mencionado anteriormente, separar la vida del autor y su obra es francamente casi imposible, sin embargo, haciendo un titánico esfuerzo me centraré en profundidad en "El hombre más feliz del mundo".

La narración que podemos encontrar en este relato es muy ligera, amena y directa. El autor se dirige claramente al lector, acercándose a él con frases amables y tratándolo como a un amigo íntimo. No hay diálogos, aunque cada retazo de su vida se encuentra dividido en un capítulo introducido por un epígrafe distintivo.

La historia no tiene la finalidad de enganchar o crear expectativas, de hecho, el propio autor adelanta en su mayoría de casos el resultado de los acontecimientos de mayor tensión. Lo que el autor pretende es transmitir, inspirar y hacer reflexionar al lector, y así lo deja patente a través de las múltiples y sugerentes ideas que va dejando caer en incontables ocasiones por medio de experiencias propias. Así mismo, ensalza valores esenciales para el ser humano y llama la atención sobre esto en algunos momentos recordando la importancia de cuidarse y llevar una vida familiar y sencilla a través de sus propios ejemplos vitales.

Su historia es inspiradora. Eddie es un hombre digno de admirar; bondadoso, familiar, amable, inteligente, audaz, empático, hábil y con gran capacidad de resiliencia. Sus acciones en situaciones extremas demuestran que velaba por el bienestar de aquellos a los que amaba.

Es asombroso encontrar cómo nuestro protagonista es capaz de recordar todo lo vivido relatándolo con una sublime serenidad y colosal entereza sacando siempre el lado positivo de la situación más adversa y agradeciendo constantemente a la vida no solo por su fortuna, sino por los aprendizajes adquiridos a través de su experiencia.

En incontables ocasiones reitera la importancia del sacrificio, el estudio, el cuidado de la familia o la fuerza de la amistad.

Eddie nunca pierde la esperanza y cree en la bondad del ser humano a pesar de todo, por ello sus palabras impactan y tocan el corazón del lector de forma continuada.

Las descripciones de Auschwitz son estremecedoras, nos relata su estancia allí desde un modo particular, haciendo mención a elementos que, personalmente y a pesar de todo lo que he leído sobre el tema, no había conocido antes.

Para el lector resulta impactante cada detalle de la narración. Eddie transmite muchísimo en pocas páginas, sembrando con toda su intención la semilla de la esperanza e inspirando con su historia a mejorar y valorar aquello que tenemos, a pesar de lo complicado que nos puede resultar la supervivencia en el día a día.

Personalmente me ha parecido una historia descorazonadora y tan anodina que parece producto de la invención. Nunca podría imaginar que algo así hubiera sucedido en verdad.

La forma en que Eddie tiene de transmitir sus vivencias me ha parecido asombrosa, llegando a emocionarme e inspirándome a valorar lo que poseo y al deseo de mejorar.

Lo que realmente diferencia este libro de otras relaciones con el Holocausto es la forma que Eddie no solo tiene de enfrentarse a su pasado, sino la mirada que le pone a la esperanza y al futuro, siempre en post del amor y la unidad familiar convirtiéndose así en todo un referente de admiración y ejemplo a seguir.

Cabe destacar que la presente edición incluye fotografías a todo color en donde se puede ver a Eddie en diferentes momentos de su vida antes y después de la Segunda Guerra Mundial.

En conclusión, "El hombre más feliz del mundo" es una biografía breve que refleja de primera mano la dureza de todos los acontecimientos catastróficos que tuvieron que vivir las víctimas del holocausto, demostrando de primera mano no solo que el ser humano tiene una capacidad de resiliencia increíble, sino que a pesar de llegar a condiciones extremas es capaz de mantenerse firmemente apegado a sus ideales de justicia, esperanza, amor y superación.

Sin duda una lección de vida que ningún lector, y menos aún aquellos que amen las historias basadas en el conflicto bélico, se deben perder. 

Marisa Costa