El hombre de las dos patrias. Tras las huellas de Albert Camus

Opinión:

Acostumbrados como estamos a los relatos de viajes de Javier Reverte, contagiando la pasión por conocer culturas y gentes, en esta ocasión el viaje se vuelve tedioso, como las mismas ciudades que visita y de las que nos transmite su clima y ambiente, sin duda, ese cansancio anodino de quien nada pide o nada espera, que es lo que resaltaría de esta breve obra. Nada recarga esa sensación, y entre anécdota y anécdota de la vida de Camus, desfila la historia de dos ciudades que le vieron crecer y expander su pulso creativo.

Es a día de hoy que el escritor Albert Camus no es demasiado querido por sus compatriotas, ya que le siguen considerando más francés que argelino, y ni siquiera el abanderamiento que porta con su Premio Nobel hacen fácil esta discusión.

Esta breve visita del autor, o breve narración, no debe confundirnos, porque el contenido habla de existencia, de lucha contenida, de baremos de pobreza cuando no hay riqueza a la que compararse, del significado del esfuerzo, de lecciones de vida para quienes no pierden la esperanza. Y es que lo que merece la pena no siempre viene envuelto en seda ni se paga con euros.

Javier Reverte transmite el halo del viajero con mayúsculas, que se mezcla entre la gente y se mimetiza con la población en su cotidianeidad, pasando desapercibido, para así aprovechar ese sondeo y observación avezada del entorno, como un cazador que camina de puntillas para no espantar a las presas, valga la similitud.

Cuántas veces no habremos acudido a algún lugar tras ver una foto. En este caso, ni la calidad de las fotos y ni las mejores instantáneas que aloja en el cuadernillo central de este tomo formarían parte de un libro ilustrado, pero seguramente se harán un hueco en la memoria y nos hacen además partícipes a los lectores de la misma realidad.  Nadie protestará después reiterando que le han dado gato por liebre.

Saray Schaetzler